Saïd (34) y Chérif Kouachi (32), hermanos originarios de un municipio situado en la región parisina de «Île de France», sospechosos de haber cometido el atentado contra la sede en París del semanario satírico francés «Charlie Hebdo», están siendo buscados en Reims.
En tanto, el más joven de los terroristas, Mourad Hamyd (18), se entregó a la policía en la localidad de Charleville-Mézières, junto a la frontera con Bélgica, tras haber visto circular su nombre en las redes sociales.
Hamyd se declaró inocente, lo que abre interrogantes sobre su verdadera implicación en los crímenes. Hasta el momento, no se presentaron cargos en su contra.
Según el diario «Libération», los tres formarían parte de un comando organizado. «Le Monde» va más allá y asegura que se trata de una célula "familiar", ya que Mourad tiene el mismo apellido que la mujer de Chérif, lo que hace pensar que existen vínculos familiares entre los terroristas.
Las autoridades francesas continúan con la operación policial en Reims, al norte del país galo, en busca de los sospechosos. Según las televisiones locales, más de 50 furgonetas y vehículos policiales se hallan en esa ciudad. En total, el Gobierno francés movilizó a más de 3.000 miembros de las fuerzas de seguridad en la operación de busca y captura de los autores del atentado.
Según fuentes policiales francesas, los tres habrían estado enrolados en las filas del yihadista Estado Islámico (EI) en Siria. Tras recibir entrenamiento y entrar en combate los tres regresaron el pasado verano a Francia.
Los dos hermanos ya fueron identificados en 2005 como miembros de un comando organizado iraquí, según fuentes de la investigación consultadas por el diario francés «Libération». Chérif Kouachi fue juzgado en 2005 por formar parte de una célula de envío de yihadistas a Irak que reclutó a una decena de jóvenes para ir a combatir al país entre 2003 y 2005. Por ello, fue condenado entonces a tres años de prisión, la mitad de ellos exentos de cumplimiento.
El tercero de los sospechosos, Mourad Hamyd, estaba inscrito el año pasado en un instituto de secundaria en Reims, donde se está llevando a cabo la operación policial.
A lo largo de toda la jornada la gendarmeria francesa facilitó datos sobre los tres sospechosos a las fuerzas de seguridad del Estado y a puestos fronterizos por temor a que llegaran a cruzar algún paso para escapar del cerco policial en Francia; entre ellos el vehículo en el que los terroristas habrían utilizado para huir del lugar del atentado y que fue identificado como un Renault Clio de color gris claro.
Asimismo, las identificaciones fueron posibles por otro vehículo abandonado por el comando, un Citroën C3 negro, donde se halló documentación y en el que la policía tomó numerosas muestras de huellas dactilares y ADN. La policía halló un documento de identidad que pertenece a Saïd Kouachi. «Es el único error que cometieron. El resto de la operación se desarrolló con mucha sangre fría. Estaban preparados», comentó un experto en la televisión gala.
La tragedia se desató en la mañana del miércoles. Tres hombres encapuchados y armados con un fusil automático AK-47, Kalashnikov, entraron en la sede del semanario satírico francés «Charlie Hebdo» en París y comenzaron a disparar contra varios de sus redactores y contra el personal que trabajaba en el edificio. La revista se hizo conocida a nivel mundial tras publicar varias caricaturas de Mahoma en 2012.
En el ataque resultaron muertas 12 personas. Charb, director y dibujante de «Charlie Hebdo», Cabu, Tignous y Wolinski, caricaturistas de la publicación, el economista y accionista del semanario, Bernard Maris , Honoré, también caricaturista, el corrector Moustapha Ourrad, el cronista Michel Renaud, el redactor Phillpe Lançon, dos policías (uno de ellos se encargaba de la protección de Charb) y una recepcionista.
El ataque, el mayor de los últimos 50 años en el país, conmocionó a la sociedad francesa. El presidente François Hollande calificó a las víctimas de «héroes», que murieronj por su idea de Francia, una «idea de libertad», y llamó a la «unidad de los franceses contra la barbarie».
El Gobierno francés elevó al nivel máximo la alerta antiterrorista y movilizó a más de 3.000 efectivos de las fuerzas de seguridad para capturar a los autores del atentado.
Al mismo tiempo, la ciudadanía se movilizó de manera espontánea y masiva en París y otras ciudades francesas y europeas bajo el lema «Je Suis Charlie», en homenaje a la publicación atacada.
Decenas de miles de personas colapsaron la plaza de la República en Paris, coreando «Charlie» y levantando al aire bolígrafos y lapiceras, en defensa de la libertad de expresión.
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