Durante la guerra entre Israel y Hamás en Gaza en 2014, ambas partes cometieron violaciones del derecho internacional que podrían adquirir la categoría de crímenes de guerra, denunció un informe presentado en Ginebra por una comisión investigadora de las Naciones Unidas.
El informe señaló como posibles crímenes de guerra los ataques israelíes contra la franja, densamente poblada, y el lanzamiento indiscriminado de cohetes por parte de Hamás contra civiles del Estado judío.
La comisión condenó además las «ejecuciones extrajudiciales de presuntos traidores» por parte de Hamás.
«Las víctimas de ambas partes tienen el derecho a ser escuchadas», resumió la presidenta de la comisión de investigación, Mary McGowan Davis.
El informe acusó a Israel de haber continuado sus ataques incluso cuando ya estaba clara la dimensión de la inmensa destrucción de la infraestructura civil - unas 18.000 casas fueron destruidas en la Franja de Gaza - y el elevado número de víctimas en la población palestina.
«Este hecho plantea el interrogante de si los líderes políticos y militares de Israel violaron el derecho humanitario internacional que se aplica en situaciones de Guerra», señaló el informe dirigido al Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
También acusó a Hamáss de haber violado el derecho humanitario lanzando cohetes no guiados para sembrar el miedo y el terror entre los israelíes. Además destacó que los terroristas palestinos desarrollaron sus acciones cerca de infraestructuras civiles.
En términos generales, los investigadores de la ONU se quejaron de que los comités creados por ambas partes para investigar eventuales crímenes de guerra no cumplieron su tarea de forma satisfactoria.
El informe subrayó que «es fundamental deslindar responsabilidades, porque de ello dependerá de si los palestinos y los israelíes pueden evitar en el futuro una nueva ronda de hostilidades y violaciones del derecho internacional».
Dos semanas atrás, el gobierno israelí se anticipó al informe de la ONU con un reporte propio en el que señaló que actuó de forma «legítima».
«El daño a la población civil se produjo como consecuencia de los desafortunados (aunque legales) efectos colaterales de una acción militar legítima llevada a cabo en las inmediaciones de zonas civiles», rezó el documento.
Al conocer el informe, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, afirmó que «es lamentable que el reporte deje de reconocer la diferencia entre el comportamiento moral de Israel y Hamás durante la operación 'Margen Protector'».
Netanyahu calificó al reporte es «parcial» y agregó que la ONU tiene «una singular obsesión en señalar las acciones de Israel por encima de otros conflictos».
«Vamos a seguir protegiendo a nuestros soldados y ellos van a seguir protegiéndonos a nosotros», añadió
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