Varios senadores demócratas expresaron esta semana su apoyo al pacto nuclear entre las potencias del Grupo 5+1 e Irán, lo que acerca al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al objetivo de evitar que el Congreso de su país invalide el acuerdo.
Los congresistas sólo podrían anular la participación de Estados Unidos en el acuerdo si una mayoría de dos tercios en ambas cámaras vota en ese sentido, algo que invalidaría el veto que Obama prometió imponer a cualquier legislación contra el pacto.
El 17 de septiembre vence el plazo dado al Congreso para evaluar y votar el acuerdo con Irán.
Los republicanos, que controlan el Senado y la Cámara de Representantes, necesitan que un buen número de demócratas se unan a ellos para votar en contra del pacto y evitar el veto presidencial.
Por ello, y ante el goteo de apoyos demócratas de los últimos días, el discurso semanal de los republicanos se centró en rechazar el pacto.
«Si este acuerdo sigue adelante, Irán obtiene beneficios efectivos, un impulso a su posición internacional y un camino hacia las armas nucleares», indicó el presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja, Ed Royce.
«Este acuerdo tiene profundos defectos. Hace que el mundo sea menos seguro. Podemos, y debemos, hacerlo mejor», insistió el legislador en uno de los últimos intentos conservadores por parar lo que ya parece inevitable.
El respaldo del líder de la minoría demócrata en la Cámara Alta, Harry Reid, fue uno de los grandes pasos logrados por Obama, junto al de la senadora Patty Murray, quien forma parte del núcleo duro demócrata en el Senado, además de Dick Durbin y Chuck Schumer.
De los cuatro líderes, sólo se opuso al plan este último, único senador judío y previsible sustituto de Reid al frente de los demócratas en el Senado cuando acabe esta legislatura, un «no» demócrata al pacto que sólo fue emulado por Robert Menéndez, gran defensor del Gobierno israelí.
«Después de analizar los detalles y las alternativas, perdiendo muchas horas de sueño, y tras muchas buenas conversaciones con mucha gente, estoy convencida de que seguir adelante con este acuerdo es la mejor oportunidad que tenemos para una solución diplomática robusta», explicó Murray al hacer pública su decisión.
El último de los senadores demócratas en dar su apoyo al acuerdo fue Tom Harper, sumando así el voto número 30 para defender las aspiraciones de Obama.
Así, todo apunta a que los republicanos no podrán aglutinar los 67 votos a favor de una resolución en contra del pacto iraní que necesitan para esquivar el veto de Obama, aunque sí es probable que consigan una mayoría simple de 60 que le obligue a hacer uso del mismo.
No obstante, si el mandatario tiene que frenar la legislación, no podrá defender el acuerdo con un amplio respaldo político, algo que daría a la comunidad internacional más credibilidad para obligar a Irán a cumplir con sus promesas, según los expertos.
Los congresistas estadounidenses, que regresarán de su receso estival el 8 de septiembre, tendrán apenas nueve días para abordar el asunto, mientras que las campañas a favor y en contra continuarán candentes.
El mismo Obama cerró su jornada del pasado viernes con un mensaje por internet en su defensa, consciente de que estas semanas resultarán como un sprint final para lograr, junto al restablecimiento de las relaciones con Cuba, uno de los mayores hitos de su legado.
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