Danny Dayán, quien desde julio de 2007 es presidente del Consejo Yesha - representante de las comunidades judías en Judea y Samaria -, condena la violencia contra soldados y palestinos inocentes.
Danny Dayán nació en Buenos Aires. Desde 1971 reside en Israel, habiendo inmigrado primero a Tel Aviv e instalándose en 1988 en el asentamiento Maalé Shomrón.
Fue candidato a la Knéset; es Licenciado en Economía y Ciencias de Computación y tiene una maestría en Finanzas. Creó años atrás una compañía de tecnología de información y es docente en la institución considerada la "universidad de Judea y Samaria", el Colegio de Ariel.
Esta es la entrevista que nos concedió hace pocos días.
- Danny, en los últimos días se han registrado serios incidentes de violencia en Judea y Samaria (Cisjordania), entre ellos inclusive en una base importante de las Fuerzas de Defensa de Israel, con ataque a los propios soldados y oficiales, insultos, pedreadas, escenas muy duras. ¿Cómo ha tomado usted lo sucedido, perpetrado por jóvenes que viven justamente en localidades judías de la zona?
- Con mucho dolor, con vergüenza. Creo que también es una muestra de ingratitud atacar a las tropas que protegen a nuestras comunidades. Te diré más, yo mismo soy oficial en la reserva en esa brigada cuyo comandante fue atacado. Así que, por supuesto, todo el fenómeno este de violencia, contra palestinos inocentes, contra el ejército, contra equipos del ejército, son en mi opinión tanto inmorales como estúpidos. Inmorales, es evidente por qué: violencia contra inocentes, es algo inmoral. Pero también digo que es estúpido, nada inteligente, porque perjudica de una manera muy clara, de modo estratégico, nuestra presencia en Judea y Samaria. Los que cometen estas acciones no sólo son delincuentes sino que tampoco son inteligentes. Esa gente no habla en nuestro nombre. Está claro que no nos representan.
- Según el ministro de Defensa Ehud Barak habría que considerarlos inclusive "terroristas".
- Bueno; creo que no es una cuestión de terminología. Pero la verdad es que yo no lo denomino así porque para mí, como quien vive en Israel hace más de 40 años y en Judea y Samaria hace más de 20, terrorismo es la masacre de Itamar, es un terrorista escondido para dispararle a un coche que pasa aunque haya en él mujeres, niños, ancianos. Eso es terrorismo. No digo que no hubo casos de terrorismo judío. Hubo. Pero no creo que este es el caso. No hay que perder las proporciones. El terrorismo en Judea y Samaria y en Israel en general, es el terrorismo árabe. Hubo casos aislados de terrorismo judío, pero son la excepción y no la norma. No creo que es correcto llamar a este tipo de violencia, a este tipo de disturbios, como terrorismo. Y lo digo sin minimizar en absoluto la importancia del daño como de la inmoralidad de estas acciones.
- Diferentes oficiales de Tzáhal se manifestaron, algunos siendo citados con su nombre y de otros se publicaron declaraciones sin identificarlos, lanzando entre otras cosas una advertencia, en términos como "no nos digan después que no alertamos: la próxima, van a usar armas de fuego". ¿Usted también ve ese peligro?
- El peligro existe, pero no creo que es muy probable. No puedo decir que sea imposible porque como ya he dicho, ha habido algún caso de terrorismo judío. Pero son muy aislados y esporádicos. La situación es suficientemente mala y peligrosa como para que haya que exagerar. Pero claro, es algo que no se puede descartar.
- Danny, el primer ministro Binyamín Netanyahu se manifestó en términos muy duros contra lo que está sucediendo y anunció una serie de medidas destinadas a sofocar el fenómeno. Y luego salieron algunos comentaristas a decir "ahora se enojan y asustan y luego se olvidan", dando a entender que gran parte del problema es que no se ha actuado hasta ahora con la mano fuerte debida contra estos jóvenes extremistas que violan la ley. ¿No es así en la realidad?
- Te diré que en los últimos meses, por mi propia iniciativa, sin que nadie me obligue y sin que nadie me invite a hacerlo, me encontré con el Inspector General de la Policía, Yojanán Danino, con el Procurador del Estado, Moshé Lador, con gente de muy alta jerarquía en el Shin Bet (el servicio secreto), con el General Mizraji, jefe del Comando Central de Tzáhal y con el jefe de la Policía en Judea y Samaria - gente a la que veo muy seguido - y les pedí que hagan más esfuerzo, que arresten y principalmente que presenten cargos ante la Justicia con estos casos. Uno de los principales problemas es que no hay arrestos que conducen a juicios. Por lo tanto, la pequeña minoría que hace estas cosas tiene una sensación de inmunidad. Y eso hay que cambiarlo.
- ¿Cambiará?
- Espero que esta vez sí cambie. Nosotros vamos a estar agradecidos si esto cambia, si hay más arrestos y más juicos; por supuesto que sólo contra la gente involucrada, aquellos contra los que hay que actuar.
- Por un lado acá está este problema concreto, pero por otro hay quienes sostienen que el tema es mucho más de fondo, y que siempre se aplica la ley en forma muy diferente en Judea y Samaria respecto a judíos y árabes. Y me refiero antes de haberse llegado a este extremo de los jóvenes irresponsables de los que hablamos ahora. Los palestinos lo dicen hace tiempo, pero no sólo ellos: no se impone la ley de la misma forma a todos en la zona.
- No es verdad. Esa es una afirmación política y no una descripción de la realidad. Podría traer pruebas que demuestran lo contrario. Es más: en el ministerio de Justicia existe un equipo especial, encabezado por el abogado Shai Nitzán, uno de los funcionarios de mayor jerarquía en el ministerio, cuya función es imponer el cumplimiento de la ley por parte de la población judía en Judea y Samaria; y lo hace de una manera hasta diría muy discriminante.
- ¿En qué sentido?
- En comparación con los árabes y para el resto del país. No existe un equipo así para nadie más; sólo para los habitantes judíos de Judea y Samaria. Y el equipo de Shai Nitzán exige inclusive cuotas de cartas de acusación; algo inaceptable. La imposición de la ley en Judea y Samaria a los judíos es sumamente clara. El hecho es que hay gente en la cárcel. Te digo definitivamente: la imposición de la ley sobre los judíos, especialmente en zonas por ejemplo como Hebrón, es mucho más dura que en el resto del país.
- Podría decirse que en el resto del país no sucede que se sale a atacar a otros incluyendo las fuerzas del orden, algo que sí sucede allí. Pero vayamos a otro punto. ¿Cuál le parece que tiene que ser el rol vuestro, del liderazgo de los asentamientos, en la compleja situación actual?
- Nuestro rol es educar, dar el ejemplo con nuestro comportamiento. Nosotros no tenemos nuestra propia policía, gracias a Dios, porque somos ciudadanos de Israel. No tenemos nuestro propio Shin Bet, no tenemos nuestro ejército. Nuestro ejército es Tzáhal y no ningún otro. Hacemos lo máximo posible. Cualquier consejo que alguien pudiera darme, que pueda ayudar, será bienvenido y yo agradecería por ello. Hacemos todo lo que podemos, aunque no digo que tenemos un 100% de éxito; es evidente que no. Pero sí hacemos un 100% de esfuerzo.
- ¿Quizás hay que salir públicamente contra esa gente en forma más categórica?
- La verdad es que no sé cuánto más categórico se puede ser. He dicho públicamente que esa gente quiere imponer la moral de Sodoma; hablé en los términos más tajantes y más extremos que te puedas imaginar. Verbalmente, no sé qué más podemos hacer.
Quisiera agregar un punto importante. Estos días estamos viendo una campaña que utiliza esta violencia - que es verdadera y debe ser combatida, como ya he aclarado - para incitar contra todos los judíos de Judea y Samaria; para alcanzar metas políticas contra nuestra presencia toda en Judea y Samaria. Eso no lo vamos a poder aceptar. No podemos aceptar que continúe esa incitación, esa generalización, esa demonización contra nosotros. Y contra eso vamos a luchar muy activamente.
- Se me ocurre que quizás un paso más que podría ser clave para que estos jóvenes violentos, los llamados "juventud de las colinas" (noar hagvaot), los responsables de las acciones de "tag mejir" (etiqueta de precio), sientan que no pueden actuar así, sería que ustedes, los propios dirigentes de la población judía en Judea y Samaria, no sólo los condenen verbalmente en los medios, sino que la propia comunidad los vomite de su seno; que entiendan que no pueden vivir allì si se comportan de este modo.
- Claro. Pero el problema es que la mayoría de ellos viven en su propia sociedad. Por supuesto que hay núcleos muy pequeños que les dan apoyo, pero ellos viven en esos núcleos. La sociedad general no tiene lo que hacer acá. Viven en una especie de autonomía, de anarquía que se automantiene.
- ¿Se puede volver atrás?
- Es difícil; pero no tenemos más remedio que intentar.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay