Analistas israelíes mostraron su división sobre las consecuencias del fracaso del diálogo con la Autoridad Palestina (AP), entre quienes exculpan al primer ministro Binyamín Netanyahu, y quienes dibujan un panorama desolador, amenazado por el aislamiento y la violencia.
En esa pesimista perspectiva se situó Shalom Yerushalmi, columnista del diario «Maariv», para quien «la actual coyuntura es difícil y conduce hacia una nueva catástrofe».
«Nos encaminamos a una crisis con Estados Unidos y con el mundo, a otro conflicto con los palestinos», aseguró Yerushalmi en un artículo titulado «Todo está perdido».
En su opinión, el fracaso de la negociación impulsada por el canciller norteamericano, John Kerry, deja a Israel ante un horizonte plagado de dudas y amenazas, que puede llegar a socavar incluso sus principios.
«A largo plazo, si no hay una solución diplomática - y parece que probablemente no la habrá -, nos aproximamos a un Estado binacional que no puede integrar, en condiciones pacíficas, a dos pueblos en conflicto desde hace casi 100 años», afirmó Yerushalmi.
Al hilo de estos argumentos, el periodista dijo «comprender completamente» a Kerry cuando habló de la posibilidad de que Israel se convierta en un Estado de apartheid, declaración que no negó pero que se vio obligado a disculparse por las críticas.
«La ocupación niega los derechos básicos de los palestinos. No es aún apartheid, porque no hay una flagrante división racial como en Sudáfrica, pero a los ojos del mundo somos un Estado que ocupa, oprime y desposee a otro pueblo porque pertenece a otra nacionalidad», agregó.
Para Yerushalmi no hay, además, salida, porque «Israel creó una situación sobre el terreno que es imposible e inviable de gestionar».
«No hay ningún primer ministro de Israel que pueda volver a las fronteras de 1967, desalojar a cientos de miles de colonos de sus casas, dividir Jerusalén, lograr compromisos sobre los lugares santos, ceder el Valle del Jordan y llegar a acuerdos sobre el derecho al retorno de los refugiados palestinos», añadió.
«Y no hay ningún líder palestino que acepte menos de eso», aseveró.
En una línea opuesta se situó Yoaz Handel, quien en el diario «Yediot Aharonot» responsabliizó al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, del fracaso e instó a Israel a tomar sus propias decisiones, de forma unilateral.
«Tras 20 años de tratativas, llegó el momento de darnos cuenta de que Mahmud Abbás no quiere un acuerdo. Es incapaz de dar ese paso, ya sea por razones políticas o mentales», explicó el columnista.
«Aquellos que responsabilizan a Netanyahu olvidan que otros jefes de gobierno como Ehud Olmert y Ehud Barak fracasaron antes que él. Uno puede acusar a Netanyahu de indecisión, de que es incapaz de tomar decisiones, pero nadie puede responsabilizarle de que Abbás siga siendo Abbás», agregó.
En este sentido, Handel recalcó que la paz no es posible en estos momentos y que el único conflicto entre los políticos que existe en Israel «no es la paz si no acerca de la separación técnica entre nosotros y los palestinos. Mientras no discutamos sobre la realidad, fracasaremos en darle forma».
«Esta es la realidad israelí: una paz que no puede llegar, una disputa política que no puede suceder. En contra de la palabras de Kerry, Israel no puede ser acusado de ser un Estado apartheid porque no hay paz, igual que Estados Unidos no puede ser acusado de ser una democracia fallida porque fracasó en extender la democracia en el mundo», añadió.
«El Estado de Israel es una democracia con un amplio territorio que demanda decisiones. No debemos negar el hecho de que deben crearse políticas. Pero por el otro lado, no podemos inventar un acuerdo que no existe, aunque lo desee Estados Unidos», aseguró.
También en «Yediot Aharonot», el periodista Shimón Shiffer puso el acento en dos cuestiones fundamentales: primero, que el diálogo fracasó porque Netanayahu y Abbás no se reunieron durante los nueve meses de las negociaciones, y segindo, en que los anuncios continuos de nuevas construcciones en los asentamientos minó la confianza.
«¿Que nos queda? Hay quien propone que Estados Unidos invite a israelíes y palestinos a Washington lo antes posible y les ponga delante un documento, en el que el estatus final para el acuerdo este determinado; aunque los israelíes no esperan que el presidente Barack Obama adopte esta iniciativa», afirmó.
«Pero la conclusión más importante del fracaso es el tema del calendario: en el futuro, las partes deben evitar poner fechas. Porque al final, el acuerdo sólo llegará si hay una verdadera implicación de Estados Unidos».
«Es una condición esencial: que Estados Unidos vuelva a actuar como una potencia mundial y pruebe a los responsables en Jerusalén y Ramallah que es indispensable», indicó Shiffer.
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