El presidente de la Comisión de Exteriores y Seguridad del Parlamento israelí, Shaul Mofaz, se ha hecho con el 61,7% de los votos en las elecciones primarias del partido Kadima, derrotando así a la ex ministra de Exteriores y viceprimera ministra Tzipi Livni, quien en la actualidad encabeza el bloque de la oposición.
Los comicios se caracterizaron por la baja participación, que superó por poco el 40%, según informó el diario israelí «The Jerusalem Post». Por contra, en la primera ronda de las primarias del Likud, en las que Binyamín Netanyahu se hizo con la victoria, la participación fue del 67%.
Asimismo, ambos contendientes presentaron múltiples quejas por delitos electorales y trucos políticos desde pocos minutos después de la apertura de las urnas. Mofaz se quejó de que un centro de votación estaba ubicado en un edificio perteneciente a un seguidor de Livni, mientras que ésta protestó contra el envío de mensajes a sus seguidores con el siguiente contenido: «Recuerden: el 28 vamos a votar y damos la victoria a Tzipi Livni».
Livni consideró esta estrategia un intento para confundir a sus votantes, ya que las elecciones tenían lugar el 27. Por otra parte, fuentes cercanas a Livni se quejaron de que activistas del Likud estaban interfiriendo en la jornada a favor de Mofaz.
Fuentes cercanas de Mofaz aseguraron que el vencedor dará un discurso en la ciudad de Petaj Tikva y que en el mismo hará un llamamiento a la unidad en el partido y pedirá a Livni que permanezca en la formación.
«El día después de mi victoria, habré empezado mis esfuerzos para formar el próximo Gobierno de Israel», dijo Mofaz a sus seguidores en Beer Sheva durante un recorrido electoral. «Ya formé un equipo para trabajar en mis primeros cien días como presidente del Kadima», agregó.
Fuentes cercanas a Mofaz aseguraron que hablaron en los últimos días con los doce parlamentarios que apoyaron a Livni en las elecciones y que todos ellos afirmaron que permanecerían en el partido en caso de que Mofaz se hiciera con la victoria.
Por su parte, Livni declaró desde Tel Aviv que no cree «en la oposición dentro de los partidos», que formó Kadima y cree en su futuro. Preguntada sobre su permanencia en caso de derrota, aseguró estar «enferma» de esta pregunta. «No creo que a la gente le preocupe lo que me pase personalmente si no gano. Es un asunto que sólo preocupa a la prensa», afirmó.
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