La estrella indiscutible de las elecciones legislativas israelíes, y su verdadero ganador, fue Yair Lapid, el famoso presentador de la televisión que salió de las pantallas para formar un nuevo partido centrista llamado Yesh Atid.
Lapid consiguió un extraordinario debut. Su partido, con 19 escaños, emerge como el segundo grupo político más importante en el nuevo Parlamento y será quien determine si el actual primer ministro, Binyamín Netanyahu, podrá formar - o no - gobierno y, de hacerlo, qué orientación tendrá.
Debido a que Lapid es una nueva figura política, es difícil establecer qué retribución va a pedir a cambio de un supuesto apoyo a Netanyahu. Cabe destacar que desde la creación de Yesh Atid y durante toda la campaña electoral, Lapid destacó la educación como uno de los principales temas de su plataforma, sólo que entonces no tenía 19 bancas en el bolsillo.
«Los ciudadanos de Isarel dijeron no a la política del miedo y el odio, no al radicalismo y a la anti-democracia», afirmó Lapid en la apertira de su discurso.
.«La verdad no está en la izquierda o en la derecha, sino en la posibilidad de formar un verdadero centro decente que preste atención a las críticas y reclamos del ciudadano, que recuerde que vivimos juntos uno al lado del otro y no uno en lugar del otro», dijo Lapid a sus seguidores que festejaban en la Casa del Periodista de Tel Aviv.
Lapid llamó a la unidad de fuerzas de izquierda y derecha «para buscar la forma de poder tabajar juntos a fin de encontrar soluciones verdaderas para personas reales».
«Israel necesita un gobierno de dirigentes moderados», afirmó.
La comunidad internacional, por su parte, examinará estos resultados buscando claves sobre la actitud futura de Israel frente a las negociaciones con los palestinos o a la situación frente a Irán.
La verdad es que todavía es muy prematuro hacer cualquier conjetura, que dependerá del balance de fuerzas dentro de la futura coalición gubernamental, más que de la cantidad de israelíes que salieron a votar.
La realidad de los resultados muestra que hay un montón de vida en la izquierda y en el centro de la política israelí.
Algunos periodistas durante los festejos de Lapid discutían al conocer los resultados de las encuestas a boca de urna que los mismos envían una señal confusa sobre el ambiente político en Israel, lo que podría significar que haya elecciones nuevamente dentro del lapso de un año.
Dicho esto, los resultados no son muy buenos para Netanyahu y es justo indicar que a partir de aquí puede resultar un error hacer predicciones políticas.
Se creía que Netanyahu ganaría fácilmente, pero ciertamente no fue así.
Se dijo que la campaña adoleció de imaginación, sin embargo la participación fue alta.
En promedio toma más de un mes formar un nuevo gobierno de coalición después del día de elecciones. No hay razón para suponer que esta vez será más rápido.
Los primeros contactos entre los líderes políticos israelíes probablemente ya se pusieron en marcha, incluso antes de que terminaran los comicios.
Israel y el Oriente Medio deberán esperar para ver qué clase de gobierno emergerá de todo esto.
Fotos: Gentileza Silvia Golán
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