El Likud Beitenu, ganador de las elecciones israelíes, continúa las reuniones con representantes de otros partidos para la formación de un gobierno encabezado por el actual primer ministro en funciones, Binyamín Netanyahu.
Las conversaciones se llevan a cabo cerca de Tel Aviv, donde esta vez acudieron dirigentes del partido ultraortodoxo askenazí Iahadut Haorá, así como de los centristas Hatnuá, encabezado por Tzipi Livni, y Kadima, la primera fuerza política en las elecciones de 2009 que quedó reducida a dos escaños.
El proceso negociador comenzó oficialmente cuando se reunieron con el Likud Beitenu representantes de Yesh Atid, el partido encabezado por el ex periodista Yair Lapid, que se convirtió en la segunda fuerza parlamentaria; además del nacionalista religioso Habait Haiehudí de Naftali Bennett y del ultraortodoxo sefardí Shas, socio tradicional del Likud.
Netanyahu expresó su deseo de formar una gran coalición, que considera la única vía para hacer frente a los retos actuales de Israel, como el programa nuclear iraní, la mejora del nivel de vida de las clases media y baja y lo que se denomina «reparto igualitario de la carga», que implica una mayor participación de la población ultraortodoxa judía y árabe en el servicio militar o civil obligatorio.
Las negociaciones están resultando muy complicadas por las diferencias programáticas e ideológicas de los partidos con mayor representación parlamentaria.
El principal problema de Netanyahu para lograr la amplia mayoría que desea reside en conciliar las diferencias entre las facciones de centro y derecha, que insisten en el reparto igualitario de la carga, y los ultraortodoxos, muy reticentes a aceptar la eliminación de subvenciones a su comunidad y su incorporación al servicio militar o civil obligatorio para el resto de la población.
Según informó el diario «Maariv», para el ex ministro de Exteriores y líder de Israel Beiteinu, Avigdor Liberman, «es muy difícil crear un denominador común. La división ideológica está muy polarizada».
El rotativo aseguró que el partido Yesh Atid de Lapid llegó a un acuerdo con Habait Haiehudí de Bennett por el que ninguno de los dos entrará en la coalición de gobierno si el otro decide no hacerlo, lo que obligará al equipo de Netanyahu a contar con ambos y les dará mayor maniobra para imponer partes de su programa en las negociaciones.
En principio, el Partido Laborista, Meretz, las formaciones árabes y el comunista Hadash, no acudirán a las negociaciones y permanecerán en la oposición.
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