La joven diputada laborista israelí, Stav Shaffir, denunció la financiación de asentamientos judíos en Cisjordania mediante reajustes presupuestarios por parte del Gobierno, destinados a reforzar la colonización sin llamar la atención de la ciudadanía.
Según las estadísticas presentadas al diario «Haaretz» por Shaffir, una de las líderes del movimiento israelí de indignados en 2011, durante los últimos seis meses el Gobierno del primer ministro Binyamín Netanyahu transfirió al Departamento de Colonización de la Organización Sionista Mundial (OSM) unos 600 millones de shékels (unos 171 millones de dólares).
El método, según la parlamentaria, consiste en pasar pequeños presupuestos mediante reajustes fuera de programa a la Ley de Presupuestos Generales del Estado aprobada en julio de 2013.
De esta forma, el Parlamento respaldó la transferencia de 133 millones de shékels (unos 38 millones de dólares) al Departamento de Colonización de la OSM, y una partida más pequeña para indemnizar a los colonos por la congelación de la construcción que Netanyahu decretó en 2009 para alentar las negociaciones con la Autoridad Palestina.
También se aprobaron presupuestos para «asentamientos jóvenes» o para completar el barrio de Ulpana en Beit El, sin que en ningún caso las partidas aparecieran en el programa presupuestario del Estado.
«El Gobierno mantiene esta financiación extra como un secreto, por lo que puedan pensar en Jerusalén, Haifa o Beer Sheva si descubrieran que más allá de la Línea Verde - la línea de armisticio de 1949 - obtienen gratis viviendas, campamentos infantiles y edificios públicos», afirmó Shafir.
Según la diputada, estos presupuestos demuestran «el verdadero orden de prioridades del Ejecutivo de Netanyahu, que en lugar de repartir el dinero de forma igualitaria y justa entre todos los israelíes, beneficia a un pequeño grupo por debajo de la mesa».
Shaffir hizo pública las estadísticas, que ella misma recogió, con motivo de una votación hoy en la Comisión de Finanzas del Parlamento de otra partida millonaria para los asentamientos, esta vez de 177 millones de shékels (51 millones de dólares).
Ese dinero, que tampoco estaba previsto en el presupuesto original del Gobierno israelí y que es introducido como «reajuste», irá destinado a una agencia para el desarrollo rural cuyas actividades se centran fuera de los límites reconocidos internacionalmente de Israel.
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