El presidente estadounidense, Barack Obama, telefoneó ayer al primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, para exigirle un «alto el fuego humanitario inmediato y sin condiciones» en Gaza, donde los muertos superan las mil personas.

La Casa Blanca indicó que el presidente Obama «dejó claro que es un imperativo estratégico instituir un alto el fuego inmediato y sin condiciones que ponga fin a las hostilidades y conduzca a un cese permanente de las hostilidades».

Aunque Obama reconoció el derecho de Israel a defenderse de los ataques de Hamás, también recordó que se debe permitir a los palestinos en Gaza «llevar vidas normales y solucionar las necesidades económicas a largo plazo» de la franja.

Obama se comunicó con Netanyahu a las 22:00 hora israelí cuando el primer ministro se encontraba en medio de la reunión de su Gabinete de Seguridad que debatía sobre las opciones estratégicas y táscticas posibles relacionadas con la operación «Margen Protector».

En su conversación con Netanyahu, Obama reafirmó su apoyo a Egipto en la mediación para obtener un cese de la violencia.

El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, media junto con Egipto para que tanto Israel como Hamás acuerden un alto el fuego permanente, para lo cual la organización terrorista palestina pide el fin del bloqueo económico a la Franja de Gaza.

El presidente subrayó la necesidad de que en el acuerdo se tenga en cuenta las necesidades de seguridad de Israel, la protección de civiles, pero también la importancia de «aliviar la crisis humanitaria en Gaza» y dar a los palestinos oportunidades para el desarrollo económico «al tiempo que se fortalece a la Autoridad Palestina presidida por Mahmud Abbás».

Obama destacó la opinión de Estados Unidos de que a la larga cualquier solución duradera del conflicto israelí-palestino debe asegurar el desarme de grupos terroristas y la desmilitarización de Gaza.

Según informó la oficina de Netanyahu, el líder hebreo regresó a la reunión del Gabinete y puso al tanto a los ministros de la llamada.

De acuerdo con la misma fuente, el ambiente reinante de allí en adelante variaba entre la sorpresa, la decepción y el enojo de los ministros que interpretaron el mensaje como un ultimátum.

De cualquier manera, luego de intercambiar ideas sobre cómo reaccionar a la demanda de Obama, el Gabinete resolvió finalizar la reunión sin tomar decisiones y sin enviar comunicados a la prensa al respecto.

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