El Gobierno israelí criticó la parcialidad del jefe del grupo de expertos designados por Naciones Unidas para investigar los supuestos crímenes de guerra cometidos en la última ofensiva sobre la Franja de Gaza.
«El informe final del grupo de expertos ya está escrito y la única cuestión es quién lo firmará», informó en un comunicado el Ministerio de Exteriores, según el diario israelí «The Jerusalem Post».
William Schabas, un canadiense que ejerce como profesor de Derecho Internacional y que criticó abiertamente a Israel en ocasiones anteriores, liderará el grupo de expertos, integrado por el senegalés Doudou Diene, que ya colaboró con la ONU en materia de Derechos Humanos, y de la abogada británico-libanesa Amal Alamuddin.
Este trío se encargará de investigar «todas las violaciones al Derecho Humanitario y a los Derechos Humanos en el contexto de las operaciones militares llevadas a cabo desde el 13 de junio del 2014», informó la ONU en un comunicado.
La comisión internacional deberá entregar sus conclusiones en marzo de 2015 al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, al que Israel acusa de tendencioso.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, denunció que Israel desafió deliberadamente el Derecho Internacional con su ofensiva sobre Gaza, instando a investigar posibles crímenes de guerra.
Pillay, ex jueza de la ONU para crímenes de guerra, argumentó que las fuerzas israelíes bombardearon viviendas, colegios, hospitales, campamentos de refugiados y la única planta de energía de la Franja de Gaza.
Por su parte, el Gobierno israelí aseguró que colaborará con la investigación del Consejo porque «no tiene nada que temer».
«Desde el punto de vista jurídico, Israel puede estar tranquilo», aseguró el subcomandante de la Fiscalía militar, Eli Bar On, quien señaló que toda cuestión que se presente será correspondida.
Israel, que tildó la decisión del Consejo «farsa», defiende la actuación de sus tropas frente a la que considera la doble política de Hamás de «escudarse en civiles palestinos y atacar a civiles israelíes), a su entender, un «doble crimen de guerra».
Bar On agregó que Israel se vio benevolente gracias a las advertencias lanzadas a través de sms, correos electrónicos, llamadas telefónicas, TV y prensa, hacia la población palestina, para pedir que evacuara las zonas que serían bombardeadas.
Según el fiscal militar, «las alertas eliminaron el factor sorpresa, algo que ningún otro Ejército está dispuesto a hacer y que le costó a Israel las vidas de decenas de soldados».
Al igual que la Fiscalía Militar, los ministerios de Exteriores y Justicia están abocados a la búsqueda de pruebas relacionadas con la ofensiva en Gaza.
Como prueba, el Ejército hebreo expuso un «manual de combate» de Hamás, hallado en el barrio de Sayahíe, en el que se instruye sobre cómo usar a la población civil para «complicarle» las cosas al enemigo.
O la «concentración deliberada» de lanzamientos de cohetes desde los alrededores de blancos sensibles como escuelas, centro médicos o instalaciones internacionales.
«Nuestro mapa incluye más de dos mil blancos sensibles y no es ninguna casualidad que al superponer uno encima de otro se aprecie una notoria concentración a su alrededor, hay una clara metodología», destacó Bar On.
Y al explicar los 25 ataques de Israel contra escuelas, entre ellas la de UNRWA, y otros blancos notoriamente civiles, afirmó que «Hamás actúa de forma cínica y maliciosa».
En la ofensiva para refutar las denuncias de ataques indiscriminados, el Ministerio israelí de Exteriores colgó en en su página de internet las imágenes de varias cadenas internacionales en las que se aprecian lanzamientos de cohetes desde zonas urbanas, en un caso a pocos metros de un edificio en el que ondea la bandera de la ONU.
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