La alcaldía de Jerusalén ordenó el cierre de la rampa conocida como Puente de los Mugrabíes que conduce al Monte del Templo, uno de los santuarios más sensibles en el conflicto israelí-palestino.
El ingeniero municipal, Shlomó Eshkol, informó la semana pasada a las autoridades de sus intenciones en una carta difundida por la Oficina del Alcalde de Jerusalén en la que explica que el cierre de la rampa se debe a que representa un peligro para la seguridad por su precario estado de conservación.
La rampa de madera conduce al lugar donde se encuentra la mezquita de Al-Aksa y el Domo de la Roca, en la misma plataforma donde se alzaban los bíblicos templos de Jerusalén.
La estructura fue construida de forma temporal tras colapsar en 2004 el antiguo puente tras una nevada y un temblor.
Desde entonces las autoridades municipales trataron de levantar otra rampa permanente, lo que despertó en los últimos años las sensibilidades de los palestinos y el mundo islámico que acusan a Israel de tratar de dañar los cimientos de la mezquita de Al-Aksa.
El comunicado señala que sólo se autorizará el acceso a dicha rampa a personal de seguridad en casos excepcionales de urgencia y tras haber consultado con los ingenieros municipales.
Dos semanas atrás, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, retrasó a último momento un proyecto para iniciar la reconstrucción del nuevo puente por temor a que la medida pudiera provocar sensibilidades con Egipto y Jordania.
La rudimentaria rampa se convirtió en objeto de tensión entre Israel, la Autoridad Palestina y Jordania, cuyo acuerdo de paz con el Estado judío le otorga el estatus de supervisor de los lugares santos de Jerusalén, con especial énfasis en la Explanada de las Mezquitas.
El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, había ordenado su demolición debido a que el puente no era seguro y con el objeto de autorizar la construcción de un nuevo paso temporal que permita el acceso al lugar.