Varios ministros israelíes manifestaron su desconfianza ante el principio de acuerdo entre Irán y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), anunciado en Viena.
«Parece que los iraníes intentan alcanzar un acuerdo técnico que dé apariencia de avance en las conversaciones y quitarse parte de la presión de cara a las conversaciones con el grupo 5+1 en Bagdad y evitar un endurecimiento de las sanciones», dijo el ministro de Defensa, Ehud Barak, en un comunicado.
Barak insistió en que «no se puede hacer concesiones a Irán» y que »las demandas de las potenciales mundiales deben ser claras e inequívocas».
Otros ministros israelíes mostraron su escepticismo en el acuerdo, que busca resolver de forma estructurada las dudas pendientes en la investigación del programa nuclear de la República Islámica.
«Irán dio pruebas a través de los años de su falta de credibilidad y su falta de honestidad. Decir la verdad no es su fuerte y por tanto tenemos que desconfiar de ellos todo el tiempo y examinar el acuerdo está siendo formulado», señaló el titular de Defensa Civil, Matán Vilnaí, a la radio pública israelí.
Preguntado sobre si el actual contexto negociador aleja la posibilidad de un ataque militar a Irán, Vilnaí respondió: «Que nadie se confunda un instante; para Israel todas las opciones están sobre la mesa».
También Yuval Steinitz, ministro de Finanzas, cree que las «experiencias del pasado» obligan al Gobierno de Netanyahu a mostrarse «desconfiado hasta que se demuestre contrario».
Steinitz aseguró que Teherán juega desde hace años a las escondidas con la comunidad internacional.
Más duro fue el jefe del área de Política y Seguridad del ministerio de Defensa, Amós Guilad, al opinar que «aunque firme un acuerdo, Irán nunca abandonará su proyecto de desarrollar armamento nuclear, salvo que haya un cambio de régimen».
El pacto fue anunciado por el director general de la AIEA, Yukiya Amano, a su regreso de una visita de un día a Teherán, donde se reunió con el negociador de temas nucleares iraní, Said Jalili.
Amano dijo que el acuerdo se firmará en breve, aunque no precisó cuándo, y permitirá por primera vez desde 2007 ampliar las inspecciones de la ONU en Irán.
Israel exige la completa interrupción de las actividades de enriquecimiento de uranio, la salida del país del material ya enriquecido y la desmantelación de la instalación situada cerca de la ciudad de Qom.
Actualmente, Irán enriquece uranio al 3,5%, que sirve para usos industriales y para generar energía eléctrica, y al 20% para su generador experimental de Teherán, dedicado a usos médicos, pero no produce uranio enriquecido al 90%, el necesario para fabricar bombas atómicas.
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