El Tribunal del Distrito de Jerusalén exculpó al ex primer ministro israelí, Ehud Olmert, de los dos principales y graves casos de corrupción que le obligaron a abandonar la jefatura de Gobierno hace más de tres años. No obstante, el Tribunal lo declaró culpable de abuso de confianza en otro caso menor al que seguramente apelará.
Hace casi tres años, Olmert se convirtió en el primer ex jefe de Gobierno de Israel procesado con cargos como fraude, conflicto de intereses, falsificación de documentos, duplicación de facturas y abuso de confianza desde 1993 a 2003 cuando era intendente de Jerusalén y posteriormente diputado y ministro de Comercio e Industria.
El caso produjo un terremoto judicial en Israel ya que la sentencia invita a pensar, según denuncian ya los analistas, que Olmert fue obligado a dimitir tras falsas acusaciones de la Fiscalía, encabezada por el abogado Moshé Lador, en dos casos que parecían sólidos.
El principal 'affaire' es el llamado «Rishon Tours» u «Olmert Tours» donde se le acusaba de duplicar facturas de viajes públicos al extranjero, pagando con el excedente vacaciones y caros viajes familiares. Según la Fiscalía, la financiación extra se valora en 92.000 dólares del Estado y organismos públicos tan importantes como el Museo del Holocausto Yad Vashem para sufragar sus viajes al extranjero, incluyendo de sus familiares.
El otro caso que provocó de facto su decisión de dimitir fue el «caso de los sobres». Un filántropo y viejo amigo de Olmert, el norteamericano Maurice Talansky denunció haberle entregado durante dos décadas 600.000 dólares (gran parte en sobres) como donaciones a cambio de la influencia y poder de Olmert para a promover sus negocios.
Por el contrario, los tres jueces, encabezados por la jueza Musia Arad, condenaron al ex primer ministro por el caso del «Centro de Inversiones».
Como ministro de Industria y Comercio, Olmet ignoró un claro caso de conflicto de intereses favoreciendo a amigos y asesores.
Nada más conocerse la sentencia, ciudadanos a Olmert se abalanzaron a los micrófonos para mostrar su alegría y exigir responsabilidades a la Fiscalía, a la Policía y medios de comunicación que le obligaron a dejar el cargo de primer ministro.
Pero la alegría de Olmert podría ser prematura ya que estos días tiene lugar en el Tribunal de Tel Aviv el juicio del «Caso Holyland».
Se sospecha que el ex primer ministro habría recibido importantes sobornos cuando era alcalde de Jerusalén para promover y aumentar un megaproyecto inmobiliario en el sur de la ciudad.
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