La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, llegó a Jerusalén para una visita de 24 horas, junto al asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tom Donilon. Aquí la estaban esperando el embajador de EE.UU, Daniel Shapiro, y su esposa Julie Fisher. En la rápida vista se espera que cuatro temas dominen las conversaciones: Egipto, Irán, Siria y el proceso diplomático con los palestinos.

La visita de Donilon fue secreta, hasta el informe de ayer por parte de la Casa Blanca, donde, en un escueto comunicado se anunciaba su presencia del 14 al 15 de julio para las consultas con el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, el ministro de Defensa, Ehud Barak, y el asesor de Seguridad Nacional, Yaakov Amidror.

Su visita fue la última de una serie de consultas en curso de Estados Unidos con funcionarios israelíes sobre cuestiones de seguridad regional. Donilon estuvo en el país en febrero, donde llevó a cabo charlas maratónicas con funcionarios israelíes sobre la cuestión iraní.

El asesor de Seguridad Nacional llegó un día después que el subsecretario de Estado de EE.UU, William Burns, quien dirigió el equipo estadounidense en el bianual diálogo estratégico norteamericano-israelí. La llegada de los tres altos funcionarios se produjo tan sólo dos semana antes de la visita programada a Israel por el candidato presidencial republicano Mitt Romney.

Clinton, que no visitaba Israel desde septiembre de 2010, llegó desde El Ciaro, donde se reunió con el mariscal Mohamed Hussein Tantawi y con el recien electo presidente, Mohamed Mursi.

A pesar de estar por la zona, la secretaria de Estado no se reunirá con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, ya que ambos estuvieron juntos hace menos de dos semanas en París.

Según funcionarios israelíes, Jerusalén está ansioso por escuchar las impresiones de Clinton sobre la situación en El Cairo, la dinámica entre Mursi y Tantawi, y hacia dónde se cree que se dirige el liderazgo egipcio, además de las recomendaciones para la mejor manera de llevar la relación entre Israel y Egipto hacia adelante.

Irán también será un tema importante a tratar. Israel está interesado en obtener información actualizada sobre el estado de las conversaciones entre Irán y el Grupo 5+1. Según Netanyahu, un Irán nuclear significaría la proliferación en la zona menos estable del mundo, con Turquía, Egipto y Arabia Saudita suiguiendo sus pasos, si lo logran.

En la actualidad, por el contrario, el único aliado de Irán en el mundo árabe es Siria. Además, dijo Netanyahu, gobiernos terroristas de Irán en la región como Hamás y Hezbolá, estarían disfrutando de un paraguas nuclear iraní.

También se espera que se discuta la vía diplomática entre Israel y la Autoridad Palestina, donde se reafirmaran los ofrecimientos hechos por el primer ministro israelí con el fin de conseguir que los palestinos vuelvan a la mesa de negociaciones.

Israel también espera poder decirle a Clinton, que si continuan las conversaciones acerca de los pasos unilaterales palestinos en la ONU o si se formase un gobierno de unidad con un impenitente Hamás, ello tendría un negativo «efecto dominó» en el proceso diplomático y «obligaría a Israel a reaccionar».

El cuarto tema se supone que será Siria y la masacre que en ese país acontece, donde Israel expresará específicamente sus preocupaciones sobre la seguridad de las armas químicas actualmente en posesión del régimen de Al Assad.

La preocupación de Israel como así también de la comunidad internacional es si hay indicios de que estos armamentos, u otras armas estratégicas, están siendo transferidas a terceros, tales como Hezbolá. En tal caso Israel podría verse obligado a iniciar una acción militar preventiva.

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