Naciones Unidas alertó sobre la situación de la población palestina residente en Jerusalén Este y el peligro de que sea desplazada debido a la construcción de nuevos barrios por autoridades municipales israelíes.
Cientos de palestinos sufren esa amenaza a causa de la extensión de esas edificaciones, en especial en las áreas de la Ciudad Vieja, Silwán y Sheik Jarrah, según un informe publicado por la oficina coordinadora de asuntos humanitarios de la ONU (OCHA).
El reporte indicó que la población palestina residente en la parte oriental de la ciudad asciende a 284 mi habitantesl, frente a los 200 mil israelíes radicados en los barrios construidos desde 1967.
También denunció que los cerca de los tres millones de palestinos de Cisjordania tienen prohibida la entrada a esa área de Jerusalén y necesitan de un permiso especial otorgado por el Gobierno israelí de difícil obtención.
Al respecto, el informe explicó que el acceso de esas personas a la urbe está sometido a una combinación de obstáculos físicos y administrativos y sólo es posible a través de 16 puntos de control.
Por otro lado, los palestinos que viven en Jerusalén Este carecen de un status legal de residencia, subrayó el documento al recordar que entre 1967 y 2010 las autoridades israelíes revocaron unos 14 mil permisos.
La OCHA también informó que el 35% de las tierras de esa parte de la ciudad fueron confiscadas para beneficio de los barrios hebreos y que desde 1967 fueron demolidas más de dos mil viviendas palestinas.
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