El Gobierno estadounidense mostró su oposición al movimiento de boicot contra Israel articulado en la campaña internacional «Boicot, Sanciones y Desinversiones a Israel (BDS)», y advirtió que no ayuda a las negociaciones entre israelíes y palestinos.
«Los boicots dirigidos a Israel no son útiles, y nos oponemos a ellos», señaló Marie Harf, portavoz del Departamento de Estado, en una conferencia de prensa.
«Creemos que estos asuntos tienen que resolverse directamente en la mesa de negociaciones, y que este tipo de acciones no ayudan», afirmó la portavoz.
El movimiento propalestino BDS fue uno de los que más presionaron para que Oxfam cesara su relación con la actriz Scarlett Johansson, quien finalmente abandonó la organización a raíz de las críticas por la campaña de publicidad que hizo para la compañía israelí SodaStream, que se encuentra en un asentamiento judío en Cisjordania.
El crecimiento de la campaña de BDS a nivel internacional llevó al Gobierno israelí a convocar una reunión especial sobre el asunto para trazar una estrategia al respecto.
El movimiento urge a boicotear el comercio que en algún modo favorezca la presencia israelí en Cisjordania, y entre las marcas que BDS pide boicotear están Motorola, Hewlett Packard, Volvo, McDonald’s o Victoria’s Secret.
Tres días atras, Oslo anunció que el fondo de inversiones de Noruega, el mayor del mundo, sacó de su lista dos empresas que participaron en la construcción de barrios en Jerusalén Oriental. Se trata de las empresas Africa Israel Investments, un promotor inmobiliario israelí y su filial Danya Cerbus. El fondo, que se nutre de los ingresos del petróleo noruego, ya había excluido estas dos compañías entre agosto de 2010 y agosto de 2013.
El embajador de la Unión Europea ante Israel, Lars Faaborg-Andersen, citado por «Haaretz», dijo que, además de las acciones coordinadas de la campaña de boicot, la construcción constante en asentamientos judíos en Cisjordania propició iniciativas privadas para boicotear productos y servicios vinculados con éstos.
El ministro de Finanzas israelí, Yair Lapid, admitió la semana pasada que si se interrumpen las actuales negociaciones con la Autoridad Palestina, ello podría fortalecer al boicot.
«Israel depende de sus exportaciones y el 33% de sus intercambios comerciales los lleva a cabo con la Unión Europea. Aunque perdiéramos sólo un 20% de nuestro comercio con Europa, esto causaría el despido inmediato de 9.800 trabajadores», aseguró Lapid.
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