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La verdad sobre Gaza

El mundo oye desde hace meses que una nueva flotilla se organiza para emprender camino hacia Gaza con el declarado objetivo de romper el bloqueo impuesto por Israel a la franja, alegando sus participantes que la ayuda es esencial dado que en dicho territorio palestino se vive una seria crisis humanitaria.

Pues vayamos punto por punto para aclarar la situación.

Bloqueo

Israel impuso un bloqueo naval a la Franja de Gaza el 3 de enero del 2009, casi una década después de comenzar los disparos de cohetes desde esa zona hacia las comunidades civiles del sur del país, un año y medio después de la toma del poder en Gaza por parte de Hamás, una organización que no cesó de atacar a Israel y de intentar recibir en Gaza armas y municiones para ser utilizadas contra blancos israelíes. El bloqueo fue impuesto durante el operativo militar "Plomo fundido" iniciado unas semanas antes como reacción israelí ante la nueva escalada de ataques misilísticos desde Gaza hacia su territorio.

Claro está que el bloqueo se estaba aplicando a una zona cuyo gobierno es declaradamente enemigo de Israel, cuya carta constitutiva llama a destruirle y cuya gente realiza un abierto y encubierto esfuerzo por continuar armándose, intentando recibir por mar y tierra armas y municiones.

El bloqueo naval es una herramienta legal, amparada en el derecho internacional marítimo sobre situaciones de conflictos armados (tanto en la Convención de San Remo como en diversos manuales marítimos destacados como el norteamericano, británico y alemán y en las normas del derecho marítimo consuetudinario).

Cuando Israel interceptó el 31 de mayo del año pasado a la flotilla que había partido de Turquía a Gaza, en las crónicas internacionales se le criticó porque había actuado "en aguas internacionales", presentando el tema como una afrenta al derecho de la flotilla de navegar por donde desea, dando a entender dichas crónicas que Israel actuaba como un Estado pirata en aguas que no son suyas.

Sin embargo, una asesora legal del ministerio de Exteriores de Israel, especializada precisamente en el tema de derecho internacional marítimo, recordó que los bloqueos navales siempre son impuestos en aguas internacionales. En aguas territoriales, explicó, no son necesarios, ya que por definición cada Estado tiene amplio margen de maniobra para actuar como considere necesario en sus propias aguas.

Si una embarcación intenta en la práctica violar un bloqueo naval legalmente impuesto, el Estado que lo impuso tiene derecho a intentar frenarla, a interceptarla, y si esta continúa con sus intentos de seguir viaje, dejando en claro su intención de violar el bloqueo, se le puede abordar.

El bloqueo es considerado legal si fue anunciado debidamente por los canales profesionales de navegación marítima, si se garantiza que su imposición es notificada y publicada abiertamente de modo que no haya duda de que entró en efecto y si se le impone de modo efectivo y no discriminatorio, o sea sin que se permita a unos barcos pasar y a otros no. Israel ha cumplido todos estos puntos.

El último punto, clave, que el derecho internacional marítimo escrito y consuetudinario determina para certificar que un bloqueo naval es legal, es que no sea utilizado para sofocar humanitariamente a la población civil de la zona bloqueada.

Israel ha respetado también esa regla; quizás habría que decir "contrariamente" a lo que algunos piensan o alegan saber.

Estos nos lleva al segundo punto que requiere aclaración.

Gaza no está cerrada ni bajo sitio

La Franja de Gaza no está sitiada ni cerrada. Mercaderías entran a la franja por el pasaje fronterizo de Kerem Shalom y salen por el pasaje de Erez desde Gaza hacia Israel así como comerciantes o pacientes en camino a tratamiento médico en Israel. Por Erez también entran a Gaza periodistas, personal de organizaciones internacionales y cooperantes de ayuda humanitaria.

Recientemente, Egipto abrió el paso de Rafah, que conecta Gaza con el exterior en su frontera sur, sin pasar por Israel.

En el transcurso del último año, desde comienzos de junio de 2010, entraron a Israel 29.715 palestinos provenientes de la Franja de Gaza. De ellos, más de 15 mil eran pacientes y acompañantes que recibieron tratamiento médico en Israel y Cisjodania, 7.282 eran comerciantes del sector privado palestino en Gaza que recibieron permiso para hacer negocios en Israel y en Cisjordania y el resto entró a Israel por una variedad de razones.

Lo que Israel sí cierra es su frontera con Gaza a libre y descontrolado pasaje de gente y mercadería, o sea que determina reglas mediante las cuales se decide quién puede pasar y quién no. Todo país tiene derecho a controlar así su frontera, y la excepción no podría ser la frontera entre Israel y Gaza, cuando del lado de Gaza el gobierno está en manos de la organización terrorista Hamás, que continúa atacando a Israel.

No hay crisis humanitaria

Habrá quienes reaccionen cínicamente cuando la cita al respecto, afirmando que "en Gaza no hay crisis humanitaria", la atribuimos al General Eitán Dangot, Coordinador de las Actividades de Israel en los territorios, quien tiene a su cargo todo el tema de los pasajes a y de Gaza, la introducción de mercaderías y lo que deriva de ello. Pero él no es el único que desafía con su afirmación lo que a menudo ha sido presentado como irrefutable título de informes periodísticos.

Ya el año pasado tanto la Cruz Roja Internacional como la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) dijeron públicamente que no faltaba comida en Gaza. La realidad es que Israel continuó introduciendo mercaderías a Gaza inclusive en pleno conflicto abierto en Gaza, con Hamás disparando cohetes hacia territorio israelí.

En abril del año en curso, Mathilde De Riedmatten, Sub Jefe de la Delegación de la Cruz Roja internacional en Gaza dijo que "no hay crisis humanitarian en Gaza", agregando que "hay productos en los supermercados, hay restaurantes y una linda playa". La alta funcionaria agregó que la Cruz Roja coordinaba con el ejército israelí la entrada y salida de gente. "A veces son pacientes que salen a Israel a recibir tratamiento médico", indicó.

Las autoridades israelíes que se ocupan del tema no alegan que está todo bien en Gaza, pero recalcan que la diferencia entre la realidad y la imagen que se presenta en los medios, es abismal.

Ante todo, es imperioso recordar que Gaza es para Israel, desde el ascenso del Hamás al poder en junio de ese año, un territorio declaradamente enemigo. Fue a raíz del golpe de Hamás que comenzaron las restricciones.

De todos modos, ya a comienzos de 2010 - medio año antes de la flotilla que llegó a fines de mayo - en un nuevo intento de distinguir lo más posible entre el régimen terrorista que gobierna Gaza y la población civil que la habita, Israel comenzó a cambiar su política de introducción de mercaderías a Gaza; fue ampliando la lista de productos permitidos, garantizando siempre que no falten los básicos.

Recordamos que en una entrevista que realizamos al destacado escritor A.B. Yehoshúa, considerado una autoridad moral a menudo consultada sobre temas polémicos en la sociedad israelí, nos dijo: "Si ellos nos siguen disparando cohetes, no tenemos por qué hacerles llegar chocolates y cerezas".

En el marco de ese cambio de política que comenzó a inicios de 2010, empezaron a aprobarse proyectos específicos a través de organismos internacionales, la única vía por la que se permitía introducir materiales de construcción a Gaza, ya que el temor de fondo siempre era que si llegan directo a Hamás, su gente los utilzaría para su fortalecimiento, no para las necesidades de la población civil.

Meses después de haberse comenzado a aliviar las restricciones, el gabinete político y de seguridad de Israel, reunido en junio del año pasado, resolvió formalmente "ampliar" la política.

Según nos explicó el Mayor Gay Inbar, portavoz de la unidad encabezada por el General Dangot, ello se tradujo en la publicación de una lista "negativa". "Eso significa que desde ese momento, permitimos introducir absolutamente todo a Gaza, salvo los productos que aparecen en la lista", nos dice. "Pero esos productos no están prohibidos sino que los llamamos controlados. Se trata de materiales de construcción y sustancias que pueden tener uso doble, o sea tanto civil como militar, por lo cual deben entrar en forma controlada y sólo cuando una organización internacional se hace responsable por ellos, explicando para qué proyecto los necesita".

Lo único que está totalmente prohibido introducir a Gaza son armas y municiones.

El General Dangot reveló: "tan solo 45 días después de aprobarse la política de ampliación, organismos internacionales que trabajan en Gaza nos pidieron que permitamos exportación a través de Israel; eso no sucede si hay crisis humanitaria".

Los proyectos

Dado que Hamás, que gobierna Gaza, continúa sin reconocer a Israel y sin aceptar las condiciones del cuarteto internacional que le exigen renunciar a la violencia y reconocer los acuerdos firmados entre Israel y la ANP, la suposición básica de Israel es que su intención radica en continuar armándose y fortalecer su infraestructura de combate. Es por ello que no entran sin control a Gaza materiales de construcción que pueden servir para erigir una escuela pero también para fortificaciones de Hamás.

Sin embargo, la política israelí de permitir que esos materiales sí entren a la Franja en el marco de proyectos internacionales, está dando resultados. 163 proyectos han sido aprobados. De ellos, 30 ya han sido completados y 52 están en diversas etapas de implementación. Otros, están en camino.

Del total de los aprobados, hay 52 proyectos para el área de la educación (que incluyen la construcción de 42 nuevas escuelas, la expansión de tres, la rehabilitación de 49 jardines de infantes y 8 bibliotecas en centros comunitarios), 15 proyectos en el área de la salud (la construcción de cuatro nuevas clínicas, el establecimiento de un nuevo departamento en un hospital, la rehabilitación de cinco hospitales y clínicas), 12 proyectos de vivienda con 2.000 nuevas unidades, 28 proyectos relacionados al agua y el alcantarillado, 14 proyectos agrícolas, 11 de infraestructura: dos de electricidad, renovación de carreteras, desarrollo de una playa y demás) y otros 12 de tipos variados, como ser la expansión de la central de UNRWA, la creación de 850 nuevos trabajos para mujeres, el establecimiento de un mercado de verduras en una ciudad y la construcción de un centro cultural.

Los tres requisitos que Israel exige para aprobar un proyecto son: que la Autoridad Palestina en Ramallah los autorice, que los promovedores del proyecto indiquen dónde lo quieren construir y que determinen con exactitud qué materiales necesitan. El segundo punto es quizás el que más explicación requiere: Israel se opone a que se construya escuelas, por ejemplo, junto a instalaciones de Hamás. El Mayor Inbar nos explicó que el año pasado, al presentarse la solicitud para unos proyectos, cuando Israel no aprobó la ubicación destinada por ser cercana a estructuras de Hamás, la organización internacional encargada del tema discutió y trató de cambiar la postura de Israel. En medio de los debates, cuando la discusión aún no había terminado, estalló un depósito de municiones de Hamás ubicado junto a una escuela y 14 alumnos resultaron heridos. Eso determinó el fin de la discusión.

El paso de las mercaderías

A fin de poder introducir a Gaza todo lo necesario, y al haber tenido que cerrar el paso fronterizo de Karni porque Hamás lo había tomado como blanco preferencial de ataques, logrando inclusive cavar hacia él túneles subterráneos, Israel resolvió ampliar el paso de Kerem Shalom, el único por el cual se permite llegar hoy a la Franja. Lo hizo invirtiendo hasta ahora unos 50 millones de shekel, la mitad de lo que se espera será invertido hasta que termine el proceso.

Los cambios en el lugar permiten una infraestructura que haga posible el paso diario de hasta 300 camiones con mercadería dirigida a Gaza. Sin embargo, en general no pasan más de 200, y a veces ni eso.

Para comprenderlo, hay que conocer el sistema.

"Lo único que determina qué pasa de Israel a Gaza, salvo la prohibición de armas y municiones y el control de los materiales de doble uso, es lo que piden los propios palestinos", explica el General Dangot. "Los pedidos de qué y cuánto pasar, que deben ser coordinados diariamente, llegan de Ramallah. Nunca nos hemos negado, si no son cosas prohibidas. Pero los palestinos ni siquiera llegan al mínimo que el paso permite por razones técnicas".

Y entre lo que pasa, no hay sólo leche y arroz; no se trata de listas que hacen pensar que en Gaza hay hambre. El tema no es sólo la serie de testimonios y fotos que salen de Gaza mostrando los mercados llenos y los depósitos completos, sino lo que pasa concretamente por Kerem Shalom: una gran variedad de productos eléctricos, modernas pantallas LSD de televisión, máquinas para preparar helados y entre 60 y 70 coches, muchos de ellos de lujo, por semana.

Desde Gaza salen diariamente informaciones sobre lujosos centros comerciales llenos, restaurantes repletos y mercados con gran variedad de mercadería.

La crisis humanitaria es un invento de Hamás que ya ni puede ocultar, que no tiene fundamento alguno.

Algo más sobre las flotillas

El año pasado, en la flotilla encabezada por el barco turco "Mavi Marmara", estaba claro que la batuta la llevaban los miembros de la organización radical islamista IHH de Turquía, con vinculaciones abiertas a Hamás y Al Qaeda. Gente bien intencionada y al parecer mal informada que se sumó a la flotilla, quizás estaba convencida de que venía a ayudar a los palestinos en crisis. El hecho es que ni el "Mavi Marmara" ni varios de los otros barcos traían ayuda humanitaria, que otros de aquellos que sí la traían incluían medicamentos ya fuera de fecha y que de todos modos, lo que sí valía fue transferido por Israel a través del puerto de Ashdod, hacia Gaza.

También ahora Israel invita a la comunidad internacional a hacer llegar a Gaza todo lo que desee, sea a través del paso de tierra Kerem Shalom, del puerto de Ashdod o de Egipto. Por Gaza no, aclaran, porque está bajo bloqueo naval.

Cabe esperar que aquellos que aún piensan en venir en la nueva flotilla, se informen mejor y no se dejen usar por elementos radicales que lo último que piensan es ayudar a los palestinos. La mejor ayuda que la comunidad internacional podría dar a los palestinos de Gaza sería liberarlos de Hamás.

Contra sus propios intereses

El abastecimiento de mercadería de Israel a Gaza se lleva a cabo no sólo a pesar de que Hamás no ha dejado de atacar a Israel, sino a pesar de que los propios pasajes fronterizos, que deben servir al interés de los palestinos en Gaza, son blanco de ataques por parte del grupo radical.

El ejemplo más notorio fue el ataque que Hamás realizó el 15 de abril del 2004 en el puerto de Ashdod, ejemplo de por qué la consideración es importante, por ejemplo, al decidir si aprobar o no la renovación abierta de la exportación desde Gaza. Terroristas de Hamás se escondieron en un container que había salido de Gaza en dirección al puerto israelí de Ashdod, supuestamente con exportación palestina, y al salir mataron a 10 personas, hiriendo a otras 16.

Pero también en la propia Gaza, en más de una oportunidad, Hamás disparó cohetes y morteros hacia los propios pasos fronterizos que conectan con la Franja. Así lo hicieron, entre otros, en varias oportunidades contra Kerem Shalom, Erez y Karni.

Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay