Los Hermanos Musulmanes, la principal organización islamista de Egipto, persigue abrir la frontera del país con Gaza al comercio; un cambio que transformaría la vida de los palestinos que allí residen, pero que debe hacer frente a la resistencia de las autoridades egipcias, que se niegan a cambiar una política ya asentada.
Aunque son el mayor partido en el nuevo Parlamento egipcio, los islamistas aún no forman el Gobierno. Sin embargo, estuvieron buscando formas para aliviar el impacto de las restricciones impuestas por Israel y Egipto sobre lo que pasa dentro y fuera del territorio gestionado por el grupo Hamás, afín a los Hermanos.
Con el objetivo de aliviar la escasez crónica de energía en Gaza, los Hermanos presionaron al Gobierno egipcio para que sellara un acuerdo destinado a abastecer de combustible a la única estación de servicio del territorio.
Sin embargo, los apagones que siguen asolando Gaza varias semanas después de que el convenio fuese pactado muestran lo difícil que es concretar el cambio de política en El Cairo, donde el Gobierno está todavía a cargo de gran parte de los restos de la administración del ex presidente Hosni Mubarak.
«Es la continuación del método de Mubarak en el trato de la cuestión palestina», dijo el vicepresidente de la comisión parlamentaria egipcia de Asuntos Exteriores y diputado de los Hermanos Musulmanes, Gamal Hishmat.
El combustible aún no llegó a Gaza debido a una disputa sobre la manera en que debe ser entregado, de acuerdo con Hamás y diputados de los Hermanos familiarizados con los detalles. Hamás quiere que cruce la frontera de Gaza con Egipto, un precedente que podría conducir a un mayor comercio a través de la única frontera palestina no controlada por Israel.
Egipto apoyó esta idea inicialmente, pero luego dijo que debía ir a través de Israel, según las fuentes de Hamás y los Hermanos. Los funcionarios del ministerio de Petróleo de Egipto no pudieron ser contactados para obtener sus comentarios.
Las protestas organizadas por Hamás en la frontera esta semana sobre la crisis energética evidenciaron la creciente impaciencia ante las restricciones, que los palestinos sienten que debieron terminar con el Gobierno de Mubarak.
La junta militar del país, liderada por Mohamed Hussein Tantawi, aligeró las restricciones sobre el paso de los viajeros el año pasado, pero el cambio no llegó a lo que los palestinos estaban buscando.
«El jefe de la junta militar y el mundo entero permanecen en silencio mientras el bloqueo de Gaza persiste», afirmó durante una manifestación Mohamed Ashour, un responsable local en Gaza, a través de altavoces que cruzaban la frontera.
El comercio quedó relegado a la clandestinidad en los túneles bajo la frontera. Los últimos años de Mubarak en el poder estuvieron marcados por casi una hostilidad abierta hacia Hamás, que fue prohibido bajo su Gobierno.
«Quiero que el cruce se abra completamente, de modo que todo el que quiera viajar desde Gaza pueda venir a Egipto», aseveró el portavoz de los Hermanos, Mahmud Ghozlan. «Apoyamos la apertura del paso para la importación y la exportación», enfatizó.
Hamás quiere lo mismo. «No estamos contentos con los túneles», indicó desde Gaza Mahmud al Zahar, uno de los principales líderes de Hamás.
Para los Hermanos, la primera justificación es moral, aunque también habría un beneficio económico para el norte del Sinaí, una de las partes más pobres de Egipto. Mientras, para Israel, la idea no parece ser motivo de preocupación.
«El ministro de Exteriores israelí, Avigdor Liberman, sugirió que hagamos todo lo posible para ayudar a Gaza a dejar de depender de Israel, en lugar de tratar directamente con Egipto», estimó un diplomático israelí, quien agregó que los controles serían necesarios en el lado egipcio para evitar que las armas lleguen a Gaza. Además, indicó que el acuerdo de combustible no activará ninguna alarma.
La posición de Egipto estuvo marcada por la preocupación de que Israel renunciaría a toda responsabilidad sobre Gaza si se abre la frontera con el Sinaí. Con el ascenso de Hamás en Gaza, El Cairo también se guió por la preocupación de que la organización palestina podría extenderse.
Un diplomático familiarizado con la política de Gaza dijo que el problema de El Cairo es ahora ceder a las demandas de Hamás, lo que podría debilitar la influencia de Egipto sobre el grupo y socavar los esfuerzos para empujarlo hacia la reconciliación con la Autoridad Palestina.
Algunos palestinos comparten el temor de que la apertura de la frontera con Egipto, que permitiría a Israel desprenderse de Gaza, al mismo tiempo afiance la brecha con la Autoridad Palestina de Ramallah.
Zahar no espera ningún cambio serio en la política hasta que Egipto elija a un nuevo presidente, completando la transición del régimen militar a finales de junio. «En este período de transición, no creo que vaya a haber cambios fundamentals», señaló.
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