Con la candidatura de Al Shater, la cofradía islamista podría dominar el poder en Egipto casi en su totalidad, ya que controla el Parlamento y es cuestión de tiempo que también se haga con el Gobierno.Al Shater, ingeniero de 62 años, es el «número dos» de la organización islamista, cuyo Consejo de la Shura decidió en una votación ajustadísima (56 a 52 votos) que el empresario sea su candidato. La Hermandad se comprometió tras la revolución que acabó con Mubarak a no concurrir a los comicios presidenciales para no monopolizar el poder. Uno de sus miembros, Abdel Moneim Abul Futuh, fue expulsado de la cofradía precisamente por anunciar su decisión de presentarse.
Abul Futuh es muy popular entre los cuadros medios de la cofradía, y algunos analistas consideran que su candidatura estaba dividiendo a la Hermandad y poniendo a prueba la fidelidad que caracteriza a esta férrea organización.
Sin embrago, hay un relevante obstáculo para que Al Shater sea candidato. El empresario fue condenado en 2008 a siete años de cárcel por pertenencia a una organización prohibida y por blanqueo de dinero, aunque tras la revolución fue excarcelado.
Otro candidato presidencial, el liberal Ayman Nur, que también pasó por la cárcel necesitó un perdón de la Junta militar para concurrir a los comicios. Es posible que Al Shater reciba en los próximos días un perdón similar del mariscal Mohamed Hussein Tantawi.
Jairat al Shater tiene un gran poder dentro de la Hermandad y, según afirmaba recientemente la publicación «Al Ahram Weekly», es el que estuvo realmente dirigiendo la organización desde que abandonara la cárcel. También podría estar detrás de la decisión de expulsar a Abul Futuh, que ahora será su rival en las elecciones.
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