Con 133 votos a favor, 12 en contra y 31 abstenciones la Asamblea General de la ONU aprobó un nuevo borrador de resolución sobre Siria redactado por varios países árabes con fuertes exigencias a Damasco. La resolución aprobó que el presidente sirio, Bashar al-Assad, debe renunciar y entregar el poder a un gobierno de transición. También exigió que el Ejército sirio ponga fin a sus bombardeos, a los ataques con tanques y helicópteros y que se retire a sus cuarteles.
El nuevo proyecto exige en concreto que el Ejército sirio detenga sus operaciones contra las fuerzas rebeldes y que las autoridades sirias «se abstengan de usar, transferir, producir, desarrollar o adquirir cualquier arma química o biológica o material relacionado».
Dicha cláusula fue añadida después de que Damasco anunciara que posee armas químicas e incluso biológicas y que «está dispuesto a utilizarlas si padece una agresión externa».
El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, advirtió que los «actos de brutalidad» que están ocurriendo en Alepo, actual escenario de combates entre las fuerzas del Gobierno de Bashar al-Assad y los rebeldes opositores, «podrían constituir crímenes contra la humanidad o crímenes de guerra. Que dichos actos deben ser investigados y sus autores deben rendir cuentas».
Ban agregó que Alepo se convirtió en el escenario de una «batalla atroz» y alertó de que miles de personas están huyendo de la violencia y necesitan ayuda de forma desesperada.
El secretario general añadio que «no hay ganadores en Alepo ni en otras partes de Siria», e instó al Gobierno y a las fuerzas opositoras a poner fin a lo que calificó de «catástrofe evitable».
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