La península del Sinaí volvió a convertirse en escenario de un nuevo ataque fronterizo, que en esta ocasión se saldó con la muerte de un soldado israelí, otro herido y tres terroristas yihadistas egipcios muertos.

La víctima israelí fue el cabo Natanel Yahalomi de 20 años, residente de la localidad de Nof Eilón. El gendarme herido fue trasladado en helicóptero al Centro Médico Soroka de Beer Seeva, en el sur de Israel, y los medicos informaron que su estado es preocupante pero que se encuentra fuera de peligro.

El enfrentamiento, ocurrido a unos 85 kilómetros al sur de la frontera con Gaza, un auténtico polvorín en tierra de nadie, se inició después de que «tres terroristas» detonaran explosivos al paso de una patrulla motorizada en la línea divisoria que separa ambos países, según la versión facilitada por la portavoz del Ejército israelí, Avital Leibovich.
 
Al parecer, los terroristas - presuntos miembros del Consejo de la Sura de los Muyaidín, organización salafista con raíces en el Sinaí - se infiltraron en la zona israelí desde el centro de la península y abrieron fuego contra los soldados que patrullaban la frontera, lo que desencadenó un «intenso» tiroteo entre ambas partes.

«Iban fuertemente armados con explosivos, chalecos antibala y armas automáticas», señaló el portavoz militar, Roni Kaplan, tras elogiar la actuación de los soldados, a los que responsabilizó de haber «frustrado un atentado dentro del territorio de Israel».

En el tiroteo estuvieron involucradas dos unidades del Ejército israelí: miembros de la artillería, objeto del ataque, que vigilaban la construcción de la valla fronteriza, y el batallón Karakal, que intervino durante el combate y fue el responsable de «neutralizar», en palabras de Leibovich, a los «tres yihadistas». Según precisaron fuentes de seguridad egipcias, «el ejercito israelí mató a dos, y el tercero hizo estallar el cinturón de explosivos que llevaba encima».

El lugar donde se produjo el atentado es una zona donde todavía no está terminada la barrera de separación que Israel edifica en la frontera con Egipto a raíz de la oleada de atentados perpetrados desde el Sinaí en los últimos años.

El Gobierno de Jerusalén ya construyó 170 de los 250 kilómetros de valla.

El último ataque transfronterizo ocurrió el pasado agosto cuando un grupo salafista asaltó una posición del ejército egipcio y mató a 16 soldados y policías.

En esa ocasión, los atacantes entraron al Sinaí por túneles desde Gaza, y allí se unieron a otro grupo de terroristas para perpetrar el ataque al campamento militar egipcio.

También se lanzaron cohetes desde la franja para ayudar a los yihadistas, que utilizaron armas automáticas, y atacaron a la hora de la ruptura del ayuno de Ramadán, tomando a los soldados por sorpresa.

El atentado supuso el primer gran reto diplomático y de seguridad para el presidente egipcio, Mohamed Mursi, quien se comprometió a retomar el dominio de un territorio sin ley. Pero no fue el único asalto. En junio y julio también se registraron incidentes armados en la frontera entre los dos países, y en varias ocasiones fueron disparados misiles contra el territorio israelí.

El reciente ataque cuestiona los esfuerzos anunciados por Mursi.

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