Centenas de jóvenes se enfrentaron a soldados israelíes en la ciudad cisjordana de Hebrón lanzando piedras y botellas a los militares, que respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma. No se reportaron heridos de gravedad.
La muerte a tiros un día anterior del joven palestino Mohamed Suleima (17), causada por una soldado de la guardia fronteriza israelí, agravó las tensiones en la localidad, donde cientos de judíos ultranacionalistas residen en enclaves fortificados, entre más de 180.000 palestinos.
El deceso del adolescente ocurrió cerca de la Caverna de los Patriarcas. La fuerza policial fronteriza israelí informó que abrió fuego contra Suleima después que el joven desenfundó un arma que resultó ser de juguete. Los familiares del adolescente palestino afirmaron que iba desarmado.
Al principio, los parientes de Suleima dijeron que tenía problemas auditivos, por lo que quizás no escuchó las órdenes de los soldados. Luego negaron que el joven fuese sordo.
Unas 5.000 personas se unieron a la procesión del entierro en la que pronunciaron alabanzas y juraron venganza. «Nuestra sangre redimirá al mártir», coreó la multitud.
El cadáver de Suleima iba envuelto en una bandera verde de Hamás y los manifestantes lo cargaron por las calles. Centenares de personas agitaron banderas de la organización terrorista durante el entierro.
Se sabe que la familia de Suleima apoyaba a Hamás, y que su hermano fue liberado el año pasado en un canje que derivó en que el grupo fundamentalista entregara al ex soldado israelí, Gilad Shalit, cautivo durante cinco años en Gaza.
La manifestación y el entierro constituyeron un inusual despliegue de fuerza por parte de Hamás en Cisjordania. Tanto las autoridades palestinas locales como las fuerzas israelíes suelen disolver las protestas de Hamás desde que la organización terrorista se apoderó del control de la Franja de Gaza hace cinco años.
Desde entonces, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, apoyado por su partido Al Fatah, controla sólo Cisjordania.
Últimamente, ambas partes parecieron acercarse luego de la operación «Pilar Defensivo», lanzada por Israel contra Hamás en Gaza, y a raíz de que Abbás consiguió que la ONU reconociera a Palestina como Estado observador no miembro de dicho organismo internacional.
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