Ante el incremento de los incidentes en Cisjordania, Israel aumentó las detenciones de sospechosos palestinos para tratar de evitar que esos enfrentamientos localizados degeneren en una tercera Intifada.

«No cabe duda de que se registra un cierto despertar palestino, aunque nosotros tomamos la decisión en los servicios de seguridad de reforzar nuestras actividades de inteligencia y de proceder al arresto de miembros de Hamás y de otras organizaciones que actúan contra Israel», aseguró el ex general del Ejército israelí, Amós Gilad, que actualmente se desempeña como uno de los principales asesores del ministerio de Defensa.

«Esta nueva política comenzó en los últimos días y será reforzada», agregó.

Sin embargo, en la zona, esta estrategia parece aumentar la tensión.

Esta semana, en la ciudad palestina de Jenín, el norte de Cisjordania, en dos oportunidades, miembros de las fuerzas especiales israelíes enviados en una misión para arrestar a sospechosos palestinos fueron atacados a pedradas por una multitud encolerizada.

Para poder salir del embrollo, los soldados dispararon balas de caucho y gases lacrimógenos, hiriendo a varios manifestantes.

En diciembre pasado, en Hebrón, en el sur de Cisjordania, soldados israelíes que fueron a arrestar a un policía palestino sospechoso de haber participado en actividades contra Israel tuvieron que replegarse cuando los habitantes los atacaron a pedradas. Ese policía fue arrestado más tarde en un retén del Ejército en Hebrón.

Gasan Jatib, uno de los dirigentes de la primera Intifada (1987-1993), quien actualmente es portavoz de la Autoridad Palestina y docente en la Universidad de Bir Zeit, cerca de Ramallah, consideró que los enfrentamientos entre palestinos y judíos de los asentamientos son espontáneos.

«Todo esto es el resultado de la peligrosa combinación de una ausencia total de horizonte político y de una grave crisis económica y financiera que se traduce en un aumento del desempleo y de la miseria», declaró Jatib, refiriéndose al cese de las negociaciones israelí-palestinas desde septiembre de 2010.

«La situación es insostenible», insistió Jatib, destacando al mismo tiempo un incremento en la construcción y expansión de asentamientos judíos.

El Shin Beth, el servicio de seguridad interior israelí, vinculó por su parte el recrudecimiento de los enfrentamientos en Cisjordania con la ofensiva llevada a cabo durante la operación «Pilar Defensivo» de Israel contra Hamás en Gaza.

«En respuesta a esta acción, Israel y Cisjordania tuvieron un nivel más elevado de violencia», sostuvo el Shin Beth en su informe presentado el pasado  noviembre. Durante ese mes, este documento registra 122 ataques palestinos en Cisjordania, en comparación con 39 en octubre, y 44 incidentes en Jerusalén contra 31.

El portavoz de la Policía israelí, Micky Rosenfeld, afirmó que la joven generación nacida en los años de la segunda Intifada (2000-2005) está muy involucrada en esos disturbios.

«En general hay un aumento del número de incidentes, de pedradas o de lanzamiento de cócteles Molotov en las principales rutas que se producen sobre todo por la mañana, cuando los niños palestinos van a la escuela, y por la tarde, cuando regresan», explicó Rosenfeld.

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