Un cohete de tipo Grad lanzado desde la Franja de Gaza impactó en una carretera en las afueras de la ciudad de Ashkelon, en el sur de Israel, causando daños pero no víctimas, según informó la policía local.
El ataque fue el primero desde que misiles fueran disparados dentro del territorio hebreo el pasado mes de noviembre, durante la operación «Pilar Defensivo» de ocho días contra Hamás para poner fin a este tipo de atentados desde el enclave costero palestino.
Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, el brazo armado de Al Fatah, el movimiento que gobierna en Cisjordania, se atribuyó la autoría del ataque y dijo que este era una respuesta a la muerte bajo custodia del Ejército israelí del preso Arafat Jaradat, ocurrida la semana pasada.
«Debemos resistir a nuestro enemigo por todos los medios posibles», dijo el grupo en un comunicado. «Recalcamos nuestro compromiso con la resistencia armada contra el enemigo sionista», agregó.
Durante el funeral de Jaradat en la localidad de Sair, cerca de Hebrón, Al Fatah prometió vengar la muerte del joven. El Gobierno israelí sostiene que Jaradat falleció de causas naturales mientras se hallaba en prisión.
Después de ocho días de violencia, el pasado noviembre, Israel y Hamás, que gobierna Gaza, acordaron una tregua con la mediación de Egipto, que ambas partes respetaron hasta la fecha. Hamás informó que investigará el lanzamiento del misil.
Israel, por su parte, no tomó acciones militares inmediatas y cerró el paso fronterizo de Kerem Shalom, por el que suelen entrar mercaderías a la franja palestina.
En estos días se registraron numerosos disturbios en Cisjordania en protesta por la muerte de Jaradat y por las condiciones de detención de los presos palestinos en Israel. Huboo incluso llamados a iniciar una nueva Intifada, algo que tratan de evitar líderes políticos tanto en Israel como en la Autoridad Palestina, ante la cercanía de la visita del presidente de EE.UU, Barack Obama, el mes próximo.
La autopsia de Jaradat reveló que su cuerpo no presentaba muestras de traumatismo externo, lo que para Israel demuestra que no hubo torturas, como sostiene los manifestantes palestinos. El cadáver, sin embargo, presentaba dos hemorragias internas y dos costillas rotas, algo que según los forenses israelíes obedece a las técnicas de reanimación empleadas por el equipo médico para tratar de reanimar al detenido.
Jaradat, que fue arrestado el pasado 18 de febrero e interrogado por el Shin Bet, el servicio de inteligencia interior israelí, murió en prisión cinco días después.
Notas relacionadas:
Frágil tregua entre Israel y Hamás
Israel-Hamás: Ángulos de una tregua
Netanyahu: «Aviación responderá con fuerza si se viola tregua»