El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aclaró que sigue evaluando la ayuda que debería dar a los rebeldes y subrayó que contempla «todas las opciones» en relación al uso de armas químicas en la guerra civil en Siria.
En una rueda de prensa ofrecida desde Costa Rica, donde se encuentra de visita oficial, Obama indicó que, «en la medida en que hay evidencias de un mayor derramamiento de sangre y de uso de armas químicas en Siria, Estados Unidos contemplará todas las opciones».
El Gobierno sirio y los rebeldes se acusaron mutuamente de llevar a cabo ataques con armas químicas en distintos puntos de Siria.
La ONU inició pesquisas, pero todavía no está sobre el terreno por la negativa del régimen de Bashar al-Assad a que investigue también las denuncias de la oposición.
Los servicios de Inteligencia de Reino Unido, Francia e Israel apuntaron al uso de armas químicas por parte del Gobierno sirio.
Estados Unidos, en cambio se mostró aparentemente más cauteloso. Aunque Obama admitió que posee pruebas del uso de armas químicas en Siria no reveló por parte de quién y pidio paciencia.
Por otro lado, el mandaterio norteamericano aclaró que Estados Unidos «está evaluando continuamente la situación sobre el terreno y trabajando con sus socios internacionales para encontrar la mejor forma de avanzar hacia una transición política en Siria».
El pasado martes, el diario estadounidense «The Washington Post» reveló que Obama estaba estudiando la posibilidad de enviar armamento letal a los rebeldes sirios, a pesar de que la solución política sigue siendo la primera opción.
Hasta ahora, el Grupo de Amigos de Siria, del que forma parte Estados Unidos, entregó dinero y ayuda logística a los rebeldes, lo que incluye asesoramiento, entrenamiento y equipos de comunicación.
No obstante, se mostró reacio a enviar armamento a la oposición porque teme que pueda acabar en manos de organizaciones terroristas, tal y como ocurrió en Libia tras la guerra civil.
La ONU calcula que desde marzo de 2011, cuando comenzó el levantamiento popular contra el régimen de Al Assad, unas 80.000 personas murieron a causa de los combates entre las fuerzas gubernamentales y los insurgentes.
El Gobierno de Assad atribuye gran parte de las víctimas a los grupos terroristas que actúan en el país árabe - según denunció insistentemente - con la financiación y el apoyo material de Arabia Saudita, Qatar y Turquía, entre otros.
Notas relacionadas:
Rebeldes sirios a Líbano: «Frenar a Hezbolá»
EE.UU: Mayoría contra intervención directa en Siria
Hermanos Musulmanes anuncian retorno a Siria