El Gobierno de Teherán está a punto de cerrar un acuerdo con su homólogo de Moscú para la construcción de una segunda central nuclear en su país, anunció el ministro de Exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, citado por el diario israelí «Haaretz».
«Irán mantuvo tratativas con Rusia y próximamente se firmará un acuerdo de mutuo entendimiento para la construcción de una nueva central nuclear», explicó Salehi, al tiempo que subrayó que su país necesita energía atómica para cubrir la demanda nacional de electricidad y para la medicina.
Este anuncio se produce apenas unos días después de que el nuevo presidente iraní, Hassan Rohani, declarara en su primera rueda de prensa tras la investidura que la República Islámica continuará las negociaciones con Rusia en el ámbito de la energía nuclear.
El flamante mandatario afirmó que Irán necesita 20 mil megavatios de energía nuclear, por lo que se propone la construcción de nuevas centrales y espera la cooperación de otros países y en particular de Rusia en este sentido.
El presidente de Cámara Baja del Parlamento ruso, Sergei Narishkin, adelantó durante su reciente viaje a Irán que tras completar la puesta en marcha de la central de Bushehr, Moscú espera celebrar consultas para ampliar la cooperación bilateral tecnológica en este ámbito.
La construcción de la planta de Bushehr, primera y única central nuclear iraní, fue iniciada en 1974 por el consorcio alemán Kraftwerk Union A.G. - Siemens/KWU. En 1980, la compañía rompió el contrato porque el gobierno alemán se sumó al embargo estadunidense sobre el suministro de equipos a Irán.
La empresa rusa Atomstroiexport asumió las obras de la planta en virtud de un contrato suscrito en 1995, tres años después de la firma del respectivo acuerdo intergubernamental.
La primera puesta de la planta de Bushehr se efectuó en agosto de 2010 bajo control de los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
En mayo de 2011 se alcanzó el nivel mínimo controlado de rendimiento del generador de vapor. Simultáneamente, en la zona activa del reactor arrancó una reacción autosostenible de fusión del combustible nuclear.
Los países occidentales sospechan que el verdadero objetivo de Teherán es fabricar armas atómicas. Estados Unidos, la Unión Europea e Israel creen que el programa nuclear tiene una vertiente militar, lo que propició las sanciones que afectan a la economía de Irán.
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