Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU - EE.UU, Rusia, China, Reino Unido y Francia - alcanzaron un acuerdo sobre la resolución en la que se exige el desarme químico de Siria. La misma se votará en los próximos días.

El texto de la resolución no incluirá una amenaza directa al uso de la fuerza en caso de que Damasco no cumpla con el acuerdo.

Samantha Power, embajadora de EE.UU en la ONU anunció el acuerdo, que se articuló a partir del pacto al que llegaron Rusia y EE.UU, una vez que el presidente Barack Obama desistió de su idea inicial de realizar bombardeos selectivos.

La diplomática norteamericana informó que el acuerdo se sustenta en que el régimen de Siria deberá entregar su arsenal químico a mediados del 2014 como muy tarde.

John Kerry, secretario de Estado, también lo confirmó ante los periodistas. «La resolución va hacia delante», indicó. La versión final de la resolución es lo que se iba a discutir entre los quince miembros del órgano ejecutivo de la ONU.

Después de semanas de debate, Rusia aceptó que la resolución sobre el desmantelamiento del arsenal químico sirio incluya una mención al capítulo 7 de la Carta de las Naciones Unidas, que autoriza el uso de la fuerza. Pero se trata de una referencia matizada.

Este era el mayor obstáculo en el grupo de los cinco con derecho a veto en el Consejo. La mención del capítulo 7, sin embargo, no implicará el recurso automático de la fuerza militar en caso de no cumplirse la resolución, sino que deberá discutirse de nuevo, señaló el viceministro de Exteriores ruso, Gennadi Gatilov. Rusia se ofreció a custodiar el arsenal que debe ser destruido.

Según fuentes estadounidenses, el borrador en el que se trabaja tampoco especifica la culpa por el ataque con gas sarín del pasado 21 de agosto en las proximidades de Damasco en el que murieron unas 1.400 personas. Esta ausencia de responsable era otra de las exigencias de Rusia, el principal aliado de Siria, y que reiteradamente manifestó que ese ataque lo perpetraron los insurgentes.

El informe elaborado por los expertos de la ONU no señala a nadie, pero de las pruebas presentadas no quedan dudas respecto a que sólo el Gobierno de Bashar al-Assad disponía de capacidad para ejecutarlo.

A pesar de esta circunstancia, el texto expresara «la convicción decidida de que los autores de esta aberración deben ser puestos a disposición de la justicia».

Una de las cuestiones que quedan por resolver en el texto es cómo deberá ser destruido el arsenal tóxico. En parte ello se justifica porque el Consejo de Seguridad todavía aguarda un informe de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, el grupo que tiene su base en La Haya. Rusia insiste en que las armas se deben destruir en el interior del país.

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