El Gobierno de Arabia Saudita renunció al asiento que le correspondía como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU a causa de «la incapacidad» de este organismo para «asumir sus funciones y responsabilidades en bien de la paz y la seguridad en el mundo».
«El Reino de Arabia Saudita considera que tanto los métodos y mecanismos de trabajo como el doble rasero del Consejo de Seguridad le impiden ejercer adecuadamente sus funciones y asumir sus responsabilidades en defensa de la seguridad y la paz en el mundo», declaró el príncipe Nawaf Faisal Fahd Abdulaziz en un comunicado citado por varios medios israelíes.
Asimismo, Riad lamentó que «todos los esfuerzos internacionales de los últimos años, incluidos los de Arabia Saudita no dieron lugar a las profundas reformas necesarias para recuperar la capacidad del Consejo de Seguridad en favor de la paz y la seguridad».
Fahd Abdulaziz citó como ejemplos el conflicto entre Israel y la Autoridad Palestina - que «persiste desde hace 65 años sin una solución justa y duradera» y que dio lugar a «varias guerras que amenazaron la paz y la seguridad internacionales» -, la inoperancia para eliminar «todas las armas de destrucción masiva" en Oriente Medio o la «incapacidad del Consejo de Seguridad para asumir sus funciones y responsabilidades en Siria», cuyo régimen «mata a su población y utiliza armas químicas ante los ojos y oídos de todo el mundo y sin enfrentarse a ninguna sanción».
El príncipe saudita expresó su «sincero y profundo agradecimiento por la confianza que le mostraron todos los países» que la designaron miembro no permanente del Consejo de Seguridad para los próximos dos años, y se mostró «orgullosa» de su «pleno y permanente compromiso con los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas».
Arabia Saudita fue elegida el pasado jueves, por primera vez en su historia, miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU junto con Lituania, Nigeria, Chad y Chile, en sustitución de Azerbaiyán, Guatemala, Marruecos, Pakistán y Togo.
La designación de Arabia Saudita, Nigeria y Chad - decidida tras una votación secreta de los quince miembros del Consejo - fue duramente criticada a causa del historial negativo de estos tres países en materia de Derechos Humanos. Los países aspirantes a entrar en el organismo suelen presentar sus candidaturas con hasta diez años de antelación.
Ésta es la segunda ocasión en lo que va de mes que Arabia Saudita - un tradicional aliado de Estados Unidos en la región - expresa públicamente su descontento por la escasa implicación del Consejo de Seguridad de la ONU en la crisis de Siria.
A principios de este mes de octubre, el ministro saudita de Exteriores, Saud al-Faysal bin Abd al-Aziz al-Saud, canceló un discurso ante la Asamblea General de la ONU en protesta por la inacción internacional en la guerra de Siria y en el conflicto israelí-palestino, según informaron fuentes diplomáticas.
Riad se mostró claramente a favor de los grupos insurgentes en la guerra civil siria y condenó el veto en el Consejo de Rusia y China que bloque hasta la fecha cualquier resolución de condena al régimen de Bashar al-Assad.
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