El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, inició una gira de 10 días a Oriente Medio en la que pedirá a los líderes israelíes y palestinos que vuelvan a sentarse en la mesa de negociaciones, un viaje con el que Pekín busca aumentar su influencia en la zona.
Los líderes comunistas chinos intentaron durante 2013 adquirir un papel mediador en el conflicto, y con tal objetivo recibieron en el mes de mayo en Pekín al primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, y al presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás, a quienes ofrecieron acoger futuras negociaciones de paz entre ambas partes.
La primera gira de Wang a la región incluye Israel, la AP, Argelia, Marruecos y Arabia Saudita.
El viaje del canciller se lleva a cabo una semana después de que su homólogo norteamericano, John Kerry, también instara a Israel y a la AP a que avancen en sus tratativas, en sus visitas a Jerusalén y Ramallah.
Wang de hecho mantuvo una conversación telefónica con Kerry en la que comentó que el principal objetivo de su viaje también es aumentar la presión para que israelíes y palestinos vuelvan a negociar.
El viaje de Wang, analiza hoy el diario «South China Morning Post», que cita «Yediot Aharonot», busca también consolidar el rol económico de China en una región con la que, según cálculos de consultoras, el comercio bilateral ascenderá a 500.000 millones de dólares hacia 2020.
Por otro lado, el ministro de Exteriores chino se reunió el pasado lunes en Pekín con su homólogo egipcio, Nabil Fahmy, ante quien destacó que China «tiene sinceras esperanzas en un Egipto estable» y subrayó que es un importante socio estratégico en la región para el régimen comunista.
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