El Departamento de Estado norteamericano declaró que los asentamientos judíos en Cisjordania y los productos fabricados en los mismos «son cosas distintas», en medio de la polémica por un anuncio protagonizado por la actriz Scarlett Johansson para la empresa israelí SodaStream, que tiene una fábrica en Maalé Adumim.
La portavoz del Departamento, Jennifer Psaki, argumentó que, si bien Washington considera ilegales dichos asentamientos, también está en contra de las campañas de boicot contra los productos fabricados por empresas israelíes en los mismos, asegurando que éstas suponen un intento de «deslegitimar» a Israel.
«Nuestra política es que los asentamientos son ilegales, pero rechazamos los esfuerzos para boicotear o deslegitimar a Israel», afirmó, antes de manifestar que dichos productos «son fabricados en varios lugares».
Así, y tras destacar que la situación es «increíblemente compleja», Psaki indicó que una de las razones por las que Estados Unidos impulsa el proceso de paz entre israelíes y palestinos es porque tiene «voluntad de resolverlo».
«Queremos poner fin a las disputas sobre fronteras, asentamientos y el resto de problemas», agregó.
La polémica por el papel de Johansson, que era embajadora de la organización no gubernamental Oxfam, volvió a poner sobre la mesa el debate sobre los asentamientos judíos en Cisjordania no reconocidos por la comunidad internacional.
Oxfam criticó a la actriz por participar en el anuncio y apuntó que, si bien «respeta la independencia de sus embajadores, las empresas que operan desde asentamientos israelíes agravan la pobreza y las violaciones de los derechos de las comunidades palestinas» a las que la organización apoya a través de sus proyectos.
«Así, Oxfam se opone a cualquier actividad comercial que provenga de estos asentamientos, ilegales conforme al Derecho Internacional. Expresamos nuestras preocupaciones a la señora Johansson y entablamos un diálogo para debatir estas cuestiones tan importantes», señaló.
En respuesta, Johansson anunció que abandonaba su papel como embajadora de la organización por «diferencias fundamentales de opinión», tras defender que las empresas que trabajan en los asentamientos suponen «un ejemplo de cooperación económica entre israelíes y palestinos».
Oxfam publicó un comunicado para afirmar que acepta la renuncia de la actriz como una de sus embajadoras y expresó su «gratitud por sus muchas contribuciones» durante los ocho años que colaboró con la organización. En el documento, recalcó que el papel de Johansson como imagen de SodaStream es «incompatible con su función como embajadora de Oxfam».
Por su parte, la empresa israelí anunció que planea una visita de Johansson a Israel. «Nunca estuvo en Israel. Esperamos recibirla este mismo año», dijo el presidente de SodaStream, Yona Lloyd.
Asimismo, Lloyd añadió que la fábrica de la empresa en Maalé Adumim «permite a los palestinos que trabajan en ella conseguir un sueldo para apoyar a sus familias» y aseguró que en ella se trabaja «en una atmósfera de coexistencia».
«Si los activistas pro palestinos vinieran a la fábrica, cambiarían de opinión e incluso pedirían un trabajo», manifestó.
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