Un actor amateur, un secuestro que mantuvo en vilo a la sociedad israelí durante cinco años y miles de dólares en invertidos son los elementos del nuevo esfuerzo de propaganda de la organización terrorista palestina Hamás, que controla la Franja de Gaza.

Titulada «Ilusiones efímeras», la versión épica de la captura en junio de 2006 del soldado israelí Gilad Shalit será el segundo largometraje que se filmará en Gaza desde que Hamás asumió el poder en 2007, luego de un violento golpe de Estado que acabó con el Gobierno de unidad nacional.

Mohamed Karira, un actor palestino amateur, será el protagonista de una trilogía de 90 minutos que versa sobre la acción de las Brigadas Izz ad-Din al-Qassam, brazo armado de la organización terrorista, cuya primera parte se prevé estrenar dentro de cuatro meses.

Las citadas brigadas, junto a otras dos facciones islamistas de Gaza, secuestraron a Shalit durante una operación contra una base de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) cercana a la frontera con la franja, a la que accedieron a través de un túnel subterráneo.

«Al principio, me daba vergüenza que todo el mundo me llamara Shalit en lugar de mi nombre, Mohamed, porque me parezco mucho a él», explicó Karira a medios palestinos citados por «Haaretz», quien una vez metido en el papel aseguró haberse acostumbrado.

«Cuando me miro en el espejo y me veo, todo se convierte en normal», señaló sobre su caracterización como el grndarme israelí.

Shalit, que estuvo retenido en un lugar secreto de la franja durante más de cinco años, fue liberado en octubre de 2011 gracias a un canje logrado bajo mediación de Egipto, por el que Israel excarceló a más de 1.000 terroristas palestinos.

«El largometraje incluye más de 250 escenas grabadas en diferentes lugares», explicó su director, Majed Jundeya, que adelantó que se proyectará al público en tres entregas.

«Aún estamos grabando la primera parte», dijo Jundeya y añadió tiene previsto presentarla el próximo mes de junio «para conmemorar los ocho años de la captura de Shalit».

«El rodaje no careció de dilemas, algunos de ellos no exentos de peligro, como las tomas en zonas próximas a la frontera entre Gaza e Israel o bajo tierra, en un subterráneo de 500 metros cavado para tal fin en una base de entrenamiendo de las  Brigadas Izz ad-Din al-Qassam», sostuvo.

Una de las escenas principales muestra cómo siete terroristas armados se arrastran por el túnel y se enfrentan a fuerzas israelíes, arrojan explosivos contra un tanque, se meten en su interior y secuestran a un soldado israelí malherido.

«Tengo que parecerme mucho a Shalit, no sólo en su apariencia sino también en su comportamiento. Cuando lo sacaron del tanque, parecía asustado, pobre y débil», afirmó Karira.

Arafat Balousha, que encarna al líder del comando islamista que dirigió el operativo, insistió en que fue un trabajo difícil, que exigió mucho de los actores, sobre todo en el terreno físico.

«Tuvimos que entrenar muchas horas, grabar un día entero en el túnel y repetir la escena en más de dos ocasiones, ya que resultaba difícil gatear y usar el arma en el interior», reveló.

«Descubrí que realizar estas escenas es más difícil que el proceso de secuestrar a Shalit. Realmente, no sé cómo lo hicieron», dijo.

El realizador añadió que uno de los lugares del rodaje «estaba muy cerca del lugar donde los verdaderos soldados israelíes podrían aparecer, así que era peligroso porque aviones de guerra podían dispararnos, mientras los actores empleaban fuego real y explosivos».

La ambientación de la película fue posible gracias a información del propio grupo terrorista y otros, además de documentales israelíes y reportajes que se hicieron sobre el secuestro de Shalit.

El director aseguró que «en las siguientes partes se recreará, igualmente, la situación de los prisioneros palestinos y cómo estos eran duramente torturados por oficiales de los servicios de inteligencia israelí durante su detención».

Jundeya adelantó que el filme expondrá información desconocida hasta ahora sobre el secuestro de Shalit.