El Gobierno español otorgará nacionalidad española a 4.302 descendientes de judíos sefardíes atendiendo a sus lazos con España. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, explicó que la ley que permite la naturalización de descendientes de esos judíos, expulsados en 1492, entró en vigor el 1 de octubre.
Sin embargo, precisó que el gobierno decidió «agilizar la resolución» de 4.302 casos que ya se encontraban en tramitación desde hace tiempo.
Se trata de «poder ortogar la nacionalidad a 4.302 personas de origen sefardí que podrían ir por la ley de 2015, pero que para, lógicamente, facilitarles los trámites ya que llevaban un tiempo en tramitación, se hace de esta manera», explicó Catalá.
«La nacionalidad se otorgará a estas personas por carta de naturaleza, que se aplica por circunstancias extraordinarias de vínculos historicos con España», dijo.
En junio, el Congreso español aprobó una ley que permitía a los descendientes de judíos expulsados de España por los Reyes Católicos en 1492 obtener la nacionalidad, para reparar «un error histórico», cinco siglos más tarde.
Propuesta por el gobierno conservador de Mariano Rajoy, la ley fue aprobada por unanimidad. En Israel la iniciativa fue muy bien acogida.
Antes de la entrada en vigor de esta ley, España ya concedía la nacionalidad a los judíos de origen sefardí, pero sólo podían solicitarla tras dos años de residencia en España o por carta de naturaleza, es decir, a discreción del consejo de ministros.
En la mayoría de los casos, los interesados también debían renunciar a otras nacionalidades.
Las estimaciones varían, pero según los historiadores, al menos 200.000 judíos vivían en España cuando se ordenó su expulsión.
Los judíos, que durante siglos habían convivido con musulmanes y cristianos en España, tuvieron que abandonar su territorio en unas semanas con la prohibición de volver, bajo pena de muerte.
Los exiliados huyeron hacia Italia, el norte de África, el imperio Otomano, los Balcanes o Portugal. Fueron los judíos sefardíes cuya cultura se extendió después por toda la cuenca mediterránea.
Por su parte, la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) agradeció al gobierno la iniciativa y explicó que la decisión responde al deseo de muchos descendientes de los judíos expulsados en 1492 de recuperar su vinculación con el país.
En un comunicado, la FCJE informó de que la mayoría de los sefardíes a quienes se concede la nacionalidad son ciudadanos originarios de Venezuela, Turquía y Marruecos.
La ley que acaba de entrar en vigor establece que el procedimiento será electrónico y que la solicitud se formulará en castellano e irá dirigida a la Dirección General de los Registros y el Notariado.
La condición de sefardí originario de España podrá acreditarse con un certificado expedido por el presidente de la Comisión Permanente de la FCJE, el cargo análogo de la comunidad judía de residencia o de la autoridad rabínica competente.
También servirá la acreditación del uso como idioma familiar del ladino, idioma español hablado en el siglo XV y que algunas familias judías mantienen vivo.
Asimismo se tendrán en cuenta otros indicios que demuestren la tradición de pertenencia a tal comunidad, como la partida de nacimiento o el certificado de matrimonio en el que conste su celebración según las tradiciones de Castilla.
Se aceptará como prueba un informe emitido por una entidad competente que acredite la pertenencia de los apellidos del solicitante al linaje sefardí de origen español.
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