El Gobierno israelí aprobó una histórica iniciativa para que hombres y mujeres puedan rezar juntos en el Muro de los Lamentos en la Ciudad Vieja de Jerusalén, considerado el lugar más sagrado para el judaísmo, una medida que defendían desde hace décadas organizaciones conservativas y reformistas judías.
La decisión fue aprobada pese a la oposición de los miembros de los partidos ultraortodoxos Shas (sefardí) y Iahadut Hatorá (askenazí), además del ministro de Absorción, Zeev Elkin, del conservador Likud, y de Agricultura, Uri Ariel, del ultranacionalista religioso Habait Haiehudí.
La iniciativa establece la apertura de una nueva explanada de rezos frente al Kotel de forma que mujeres y hombres puedan rezar juntos como suelen hacerlo en las sinagogas de las corrientes conservadora y reformista del judaísmo.
Hasta ahora el Kotel estaba controlado por los ultraortodoxos, de forma que los rezos se realizaban de forma separada por sexos en dos explanadas divididas por una pequeña cerca.
El diario «Yediot Aharonot» calificó la decisión de «histórica» por cuanto representa un reconocimiento del derecho de grupos progresistas a rezar en ese lugar sagrado de acuerdo a sus ritos.
«Hasta ahora el Kotel estaba bajo el control de una extrema derecha con una mentalidad estrecha y de unos ultraortodoxos idólatras que tienen una visión limitada de Dios y del judaísmo», dijo la rabina Susan Silverman, miembro de la junta de las llamadas Mujeres del Kotel.
Se trata de un grupo de activistas de la corriente reformista judía que lucha por la libertad de culto en ese recinto desde hace 20 años.
Al dar la bienvenida a la decisión, Silverman aseguró que «estamos aquí para romper con los ídolos y entender que Dios es infinito, con el que todos nosotros tenemos una relación».
El Ejecutivo israelí destinará más de 10 millones de dólares al proyecto por el que se creará un nuevo lugar de culto en el tramo sur del Kotel, que hace 2.000 años servía de contención a la explanada del segundo Templo de Jerusalén.
Hoy en ese lugar hay un parque arqueológico, que quedará bajo la nueva explanada, de acuerdo con el emprendimiento.
Otro de los aspectos cruciales de la resolución es que, a diferencia de la situación actual, la ortodoxia no tendrá la custodia sobre la nueva explanada, rompiendo con el monopolio que esta corriente tenía del complejo.
El nuevo lugar de rezos, a sólo unas decenas de metros de los otros dos ortodoxos, estará administrado por una comisión mixta con representantes de las corrientes conservadora y reformista -mayoritarias entre los judíos de Estados Unidos -, delegados del Gobierno, de las Mujeres del Kotel y de la Agencia Judía.
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