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La mano extendida de España

Israel estableció relaciones complejas con el continente europeo; las mismas están aprisionadas en el espeso meollo de la historia y el recuerdo, el cual es difícil, y quizás imposible, desatar. España es un caso especial.

A diferencia de Europa, en el caso de EE.UU prevalece una equivalencia de valores entre dos comunidades migratorias que nacieron bajo el regazo del ethos pionero, el legado bíblico protestante, el sionismo vanguardista y no pocos intereses comunes.

Las relaciones de España con Israel conllevan el resultado directo de su desprendimiento tardío de la herencia de la dictadura de Franco, como así también el recuerdo del extraordinario aporte judío al diseño de la nación española.

En la memoria colectiva existe, por supuesto, el legado de la expulsión y la inquisición, pero a su lado aparecen también los hechos: no existe un país europeo en el cual el lejano recuerdo de la vida judía florece, está presente y es tan actual como en España.  

El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que llegó en su primera visita oficial a Israel, no cejó en su esfuerzo por tender un puente sobre los años de desconexión. Con el firme propósito de incluir a España en la memoria europea, estructurada con relación a las víctimas del nazismo, visitó el campo de concentración de Mauthausen unas semanas después de su primera elección como primer Ministro en 2004. Zapatero es también el responsable de convertir, por primera vez en España, el Día del Holocausto en un evento de recordación oficial.

Aunque a su Ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Angel Moratinos, se lo vincula más que a cualquier otro canciller europeo con los desafíos y los fracasos  relacionados con el proceso de paz israelí-palestino, el Gobierno de Zapatero entendió que la llave de la influencia está en el desarrollo de convenientes relaciones bilaterales con Israel.

Este es el Gobierno que inauguró la "Casa España-Israel", que representa un albergue bullicioso y animado de actividades culturales y políticas, que brinda un amplia repercusión a la voz de Israel y a su cultura, como nunca la hubo en España anteriormente.

No le fue fácil a Zapatero, uno de los diplomáticos europeos más sensibles por el orden mundial que se nutre de los principios de la ley internacional, actuar por el cambio de ley, según la cual, deberían ser procesados importantes dirigentes israelíes involucrados en la eliminación del terrrorista Salah Shehade y la muerte de quince ciudadanos de su entorno. El corazón del presidente de Ejecutivo español estaba con la ley, pero el raciocinio político y la voluntad de estrechar lazos con Israel, se impusieron.

Zapatero también se incorporó a la corta visita de los líderes europeos después de la operación "Plomo fundido" en Gaza. Mesurado y reservado, sus palabras fueron más elocuentes que las dichas por Nicolas Sarkozy, quien como reconocido "amigo de Israel", se impuso a sí mismo muchas más libertades.

Con la futura presidencia de España en la Unión Europea, los indicios son que Zapatero no se propone retroceder en lo que respecta a la presión sobre Irán en sus proyectos nucleares.

España e Israel son dos economías que se complementan mutuamente. Los conocimientos agrícolas adquiridos en los años de cooperación, los convenios de desarrollo de energías alternativas en las que España es uno de los líderes en el mundo, y un ingreso a la economía basada en la alta tecnología en la que Israel está bien arraigado, todo ello le otorgó a la visita una dimensión económica imprescindible.

Si las posturas de Zapatero con respecto al proceso de paz, no necesariamente son agradables a los oídos de sus interlocutores israelíes, conviene recordar, que el abismo entre Europa y EE.UU, enormemente profundo en la época de Bush, se reduce paulatinamente con el nuevo inquilino de la Casa Blanca.

El convenio trasatlántico rehabilitado entre Europa y EE.UU, convierte desde ahora a cualquier visita de dirigentes europeos a Israel, en una representación del espacio político-estratégico que durante años no habló de una forma tan unida como en el presente.    

Fuente: Haaretz - 15.10.09
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il