Cannot get Tel Aviv location id in module mod_sp_weather. Please also make sure that you have inserted city name.

Una Hagadá de Pesaj actual (5770 - 2010)


Una enseñanza trascendente de nuestra fiesta de la libertad es que la diversidad y variedad de ideas han sido condiciones esenciales para nuestra supervivencia como pueblo. Nos negamos a ser una secta aislada del mundo y de la evolución de la humanidad.
 

1. Nos reunimos esta noche para celebrar una fiesta cuyo origen se pierde en la más remota antigüedad: Pesaj, la fiesta de la libertad, la más importante para nuestra memoria colectiva como pueblo. Hace miles de años nuestros antepasados fueron esclavos en Egipto. Muchos sucumbieron sometidos a duras condiciones de vida, pero otros lograron sobrevivir. Los que no se dejaron abatir y mantuvieron viva la llama de la esperanza finalmente lograron concretar su sueño: salir de la esclavitud a la redención.

2. Cuenta la historia de Pesaj que el pueblo judío, guiado por Moisés vagó durante cuarenta años en el desierto hasta llegar a la tierra de Israel. Gracias a esta lejana gesta pudimos llegar a ser quienes somos hoy. Si nuestros antepasados no hubieran tenido la valentía suficiente para emprender su difícil peregrinaje, nosotros, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, habríamos desaparecido sin dejar rastro en la historia de la humanidad, al igual que muchos pueblos de la antigüedad bíblica. Por ello, consideramos un deber recordar año tras año la saga de nuestros antecesores y celebrar el origen de nuestra identidad común.

3. Cuenta la Hagadá tradicional que Moisés y su hermano Aharón fueron a ver al Faraón y le dijeron: Deja salir a mi pueblo. Pero éste, en un acto de arrogancia se negó y ordenó a sus lugartenientes tratar con dureza a los judíos. El Faraón no fue sino el primero entre muchos reyes y poderosos de la tierra que se convirtieron en enemigos del pueblo judío y se propusieron causarle daño. Pero él, como muchos otros que le siguieron, tuvo un oscuro final, mientras el pueblo judío logró pasar las más duras pruebas y alcanzar la libertad.

4. En nuestra mesa ocupa un lugar de honor la matzá: el pan ázimo que nuestros antepasados comieron en el desierto. Este pan de la pobreza nos recuerda lo precario de nuestra existencia y nos impone un deber de humildad. También nos obliga a la solidaridad humana. La mesa de Pesaj está abierta a todos. Como dice la Hagadá tradicional: Quien tenga hambre, venga y coma.

5. ¿Porqué es diferente esta noche de las demás noches? Mientras que en todas las noches comemos jametz y matzá, esta noche sólo comemos matzá. Todas las noches comemos cualquier legumbre, esta noche sólo comemos legumbres amargas. Todas las noches no tenemos que mojar los alimentos ni siquiera una vez, esta noche dos veces. Todas las noches comemos ya sea sentados como reclinados. Esta noche comemos todos reclinados.

6. Esta es una noche de evocación, de reencuentro con nuestras raíces, forjadas hace miles de años en el desierto. Allí surgieron las bases de nuestra ética y de nuestra identidad histórica. Allí los Diez Mandamientos se convirtieron en nuestro aporte decisivo a la forja de la conciencia moral de la humanidad, un aporte que sigue teniendo vigencia hasta el día de hoy.

7. Primer vaso, vaso de la supervivencia y la creatividad. Con este vaso celebramos la continuidad de la cadena de generaciones de nuestro pueblo y exaltamos la constante inquietud espiritual judía que siempre busca nuevos horizontes en todas las ramas del pensamiento humano.

8. Al evocar hoy la leyenda de Pesaj, recordamos el Éxodo de Egipto y nuestra liberación del yugo del Faraón. Pero como dice la Hagadá tradicional: "En cada generación intentaron exterminarnos, pero nosotros nos salvamos de sus garras". La historia judía ha sido pródiga en hechos trágicos y terribles pero también nos legó la memoria de pujantes manifestaciones de vitalidad. Como natural resultado de la evolución histórica, el Estado de Israel ha perdido parte del aura de idealismo que lo distinguió en sus difíciles primeros años. Sin embargo, el llegar a su sexta década de vida del constituye un privilegio para nuestra generación. Para muchos de nosotros aún constituye una memoria viva el traumático período del Holocausto cuando nuestro pueblo se encontraba indefenso a merced de los poderosos de la tierra. Desprovistos de una base territorial y política, éramos el chivo emisario universal por excelencia. Durante largos siglos fuimos víctimas de fanatismos religiosos, xenofobia, odios irracionales y racismo. La trágica culminación de este largo proceso tuvo lugar en la Shoá, donde el antisemitismo europeo llegó a su expresión más cruel y bárbara con el intento nazi de aniquilación de todo el judaísmo europeo.

9. En el mundo globalizado de hoy, muchas cosas han cambiado. Pero lamentablemente parece vivir otra vez el retorno de una pesadilla totalitaria asesina como la vivida durante los terribles años del nazismo en el siglo pasado. Hoy lo desafía un extremismo islamista intolerante que pretende imponer su hegemonía primero en el mundo musulmán y más tarde en el mundo entero. Al igual que el nazismo, el totalitarismo islamista ve a los judíos como su peor enemigo, pero hoy el blanco no es el judío individual sino el judío colectivo: el Estado de Israel.

10. Nuestra comunidad ha sido testigo de esta amarga lección con los atentados contra la Embajada de Israel en 1992 y la AMIA en 1994 en la Argentina, los peores ataques al pueblo judío en la diáspora desde la Segunda Guerra Mundial. Hoy tanto el gobierno como la sociedad argentina ya no tienen dudas respecto a la identidad de los culpables. Todas las pruebas demuestran de manera inequívoca la responsabilidad del régimen fascista islámico de Irán y se han expedido órdenes de arresto internacionales contra los responsables directos. Este hecho pone en evidencia la verdadera naturaleza de un régimen que no vacila en exportar el terrorismo a cualquier punto del planeta y mantiene en jaque a la comunidad internacional con sus planes nucleares.

11. En este Pesaj, la difícil situación internacional en Medio Oriente parece más intrincada que nunca. Todos los esfuerzos realizados en los últimos años para crear un marco adecuado para un genuino acercamiento de las partes han chocado hasta ahora con obstáculos insalvables. Queremos expresar la esperanza de que a pesar de todos los escollos ambos pueblos encuentren un camino hacia una convivencia pacífica, que constituye un interés vital para todos.

12. Lo que hace la situación particularmente difícil es que el pueblo palestino se divide en dos bandos que no logran estructurar una estrategia común, ni son capaces de crear estructuras para-estatales que se aboquen a las complejas tareas de construcción de un estado incipiente. Lamentablemente, una parte importante del pueblo palestino que apoya al movimiento fundamentalista islámico Hamás ha demostrado ser incapaz de comprender una verdad elemental: es imposible construir un país sobre la base de una declaración de guerra permanente a su vecino geográficamente más cercano. Y este fanatismo los ha convertido en títeres de Irán y de sus ambiciones imperialistas en el mundo árabe y musulmán.

13. La paz es imprescindible para ambos pueblos. Hoy es evidente que la violencia desencadenada por los palestinos ha sido nociva para sus propios intereses. A la larga, no existe ninguna alternativa a la coexistencia y colaboración entre ambos pueblos. Sería trágico que el destino del pueblo palestino corriera la misma suerte que la del libanés, frustrado en sus aspiraciones nacionales por la sumisión de una parte de su sociedad a las ambiciones imperialistas de Irán en el Medio Oriente que están claramente reñidas con el progreso social, económico y cultural.

14. A pesar de la incomprensión y hasta la enemistad de una parte no desdeñable de la población mundial, el Estado judío ha demostrado recientemente en Gaza que no habrá de permitir que su población civil sea objeto de un terrorismo indiscriminado. Pero si Israel figura en los titulares de la prensa mundial por hechos bélicos, a diferencia de sus enemigos, el Estado judío no ve en ninguna guerra su razón de ser.

Israel ha pasado de ser un país agrícola a convertirse en uno de los países más sofisticados del mundo como exportador de alta tecnología. A pesar de sus graves problemas de seguridad, el país se cuenta entre los de mayor expectativa de vida del mundo entero. Sus avances en la educación, la ciencia y la cultura son formidables. La inmigración masiva de las últimas décadas, sobre todo de Etiopía y la ex Unión Soviética, es una brillante historia de logros sin parangón en un mundo cada vez más reacio a la aceptación de inmigrantes. De una pequeña comunidad sitiada de 600.000 almas en 1948, Israel pasó a ser hoy con cinco millones  de judíos, la tercera parte del judaísmo mundial. Nadie podía haber imaginado una situación semejante cuando Israel libró su desesperada lucha por la independencia en los albores del Estado.

15. Como siempre, la noche de Pesaj es para nosotros un momento de celebración y alegría. Pero, como es tradicional en nuestro pueblo, en nuestras fiestas no podemos olvidar las tragedias históricas que nos enlutaron. En ese espíritu: Recordemos a los miles de hermanos y hermanas que fueron muertos antes de tiempo en la Shoá, en las guerras de Israel o como víctimas de la inhumana saña terrorista. Recordemos a las víctimas de los bárbaros ataques a la Embajada de Israel en Buenos Aires y a la AMIA. Recordemos a las generaciones de jóvenes israelíes que ofrendaron sus vidas en defensa del Estado judío, su independencia y libertad.

16. Creemos en la máxima de Hillel que resume el sentido humanista de nuestra herencia espiritual: "No hagas a tu prójimo lo que no quieras que te hagan a tí". Ese imperativo de tolerancia constituye la base misma del judaísmo y nos permite mantener la unidad en la diversidad.

17. Segundo vaso, vaso de hermandad. Brindemos por el bienestar del Estado de Israel y del pueblo judío en todo el mundo.

18. Vivimos en un mundo cambiante, de vertiginosas innovaciones tecnológicas. Los últimos descubrimientos en el campo de la biogenética abren horizontes totalmente nuevos para el espíritu humano y generan problemas éticos de dimensiones inéditas en la historia de la humanidad. La revolución de la informática, de las comunicaciones, de los avances médicos y científicos, han cambiado nuestra forma de vivir, de pensar, de comunicarnos. Pero lamentablemente junto con estos audaces avances del espíritu humano vivimos los graves problemas de un mundo que parece haber perdido la brújula en su sentido moral y su conciencia solidaria. El desempleo masivo, los sangrientos conflictos étnicos, el aumento alarmante de la criminalidad, la plaga de las drogas, los embates de movimientos regresivos que utilizan sofisticadas armas modernas para combatir a la modernidad, los extremismos mesiánicos de todo tipo, el deterioro del medio ambiente, la supervivencia de dictaduras agresivas e inescrupulosas, la corrupción generalizada en burocracias y élites políticas de los cuatro puntos cardinales de la tierra, la persistencia de la miseria en un mundo que tiene los medios para terminar con ella, son solo algunos de los graves males que siguen agobiando a la humanidad pese a sus brillantes avances tecnológicos. A todo esto debemos sumar la tremenda crisis económica mundial que ha dejado fuera del mercado de trabajo a millones de seres humanos. Hacemos votos en esta celebración de la libertad, porque esta nueva esclavitud de la necesidad, la pobreza y el desamparo, termine cuanto antes.

19. Pese a todas las circunstancias adversas y a todos los nubarrones en el horizonte, importa más que nunca llevar en alto la bandera de universalidad de la justicia de los profetas de Israel, que constituye uno de los valores esenciales de nuestra herencia judía.

20. Por ello alcemos esta noche nuestra copa. Tercera copa, copa de la justicia. Brindemos por una auténtica fraternidad de la humanidad, una solidaridad que una a todo el género humano en un genuino abrazo fraterno, una solidaridad que termine con la miseria, la violencia, la instrumentación política del odio y la indiferencia de los hombres frente a los sufrimientos de sus semejantes.

21. Para algunos, Pesaj debe ser la repetición mecánica de un rito idéntico en todos sus detalles al del año anterior. No admiten variaciones ni en el ritual ni en el contenido. Quienes leemos esta Hagadá celebramos nuestra fiesta de la libertad con un espíritu muy distinto. El mundo cambia vertiginosamente y del mismo modo cambian las circunstancias históricas en que vive nuestro pueblo. Esto obliga a una constante reinterpretación de nuestros valores fundamentales a la luz de las nuevas realidades. El judaísmo no es sólo tradición, es también un compromiso con el hoy y el ahora, a la luz de nuestros imperativos éticos fundamentales.

22. Es en ese espíritu que apostamos a un aspecto esencial del judaísmo: la valoración de la vida. Y hoy valorar la vida significa apostar contra viento y marea a la paz y a la coexistencia con el pueblo palestino y el mundo árabe, por más duro, difícil y cargado de decepciones que sea el largo y accidentado  camino hacia esas metas.

23. En esta celebración de Pesaj afirmamos nuestro estilo de judaísmo, un judaísmo con amplitud de miras, tolerante, contrario a todo dogmatismo, profundamente consciente de la historia y el legado cultural de nuestro pueblo, al mismo tiempo abierto a nuestro entorno y al mundo: un judaísmo que respeta  todas las formas de vivir la experiencia judía.

24. En un momento en que vivimos una situación tan compleja y conflictiva, la solución de todos los problemas parece una meta imposible. Pero si hay algo que ha caracterizado al espíritu judío a lo largo de los siglos es su lucha titánica contra lo imposible. El sentido último de la historia judía está en la visión profética de paz y fraternidad entre todos los hombres.

25. Otra enseñanza trascendente de nuestra fiesta de la libertad es que la diversidad y variedad de ideas han sido condiciones esenciales para nuestra supervivencia como pueblo. Si logramos sobrevivir hasta hoy es porque nos negamos a ser una secta aislada del mundo y de la evolución de la humanidad.

26. En este día de celebración, deseamos remarcar nuestra identificación con el país en que vivimos y que sentimos como nuestro. Formulamos nuestros más fervorosos votos por el progreso social, económico y cultural de la Argentina.
Más allá de las turbulencias de nuestra vida política, confiamos en las riquezas de nuestro suelo y en la dinámica y capacidad creativa de nuestra sociedad para vencer a la indigencia, la pobreza y la injusticia social. 

27. Como dice el Eclesiastés: Todo tiene su momento y cada cosa su tiempo bajo el cielo: "su tiempo  el nacer y su tiempo el morir", "su tiempo el llorar y su tiempo el reír", "su tiempo el lamentarse y su tiempo el danzar". Esta noche es tiempo de alegría, de fraternidad, de júbilo y de celebración. "Hay un tiempo para el individuo y otro momento para la comunidad ". Esta noche pertenece íntegramente a la comunidad.

28. Cuarto vaso, vaso de paz. Nuestro anhelo más profundo es que se cumplan las palabras del profeta : "Y volverán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces. No alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán más para la guerra". Paz para Israel y para el pueblo judío en todos los rincones de la tierra. Paz para la humanidad entera.

¡Lejaim!