El Congreso Judío Mundial (CJM) inició su 14ª Asamblea Plenaria en Budapest con un discurso del polémico primer ministro húngaro, el conservador Viktor Orban, criticado por su pasividad ante el creciente antisemitismo en Hungría.
Precisamente por eso el CJM eligió la capital magiar como sede para esta conferencia, con la que desea dar una muestra de apoyo a los 100.000 judíos de Hungría, un país donde durante el Holocausto murieron más de medio millón de personas.
En su discurso, Orban pidió a los 500 delegados del CJM, llegados de todo el mundo, que le ayuden con su experiencia a luchar contra el antisemitismo, que calificó como «inaceptable e intolerable».
El primer ministro rechazó las acusaciones de que su Gobierno tolera el antisemitismo y recordó que durante su Ejecutivo anterior (1998-2002) comenzó a celebrarse en Hungría el Día de las Víctimas del Holocausto y se fundó el Centro del Holocausto.
En su segundo mandato, desde 2010, se prohibió además el uso de los símbolos extremistas como la cruz esvástica y la creación de organizaciones paramilitares, agregó Orbán.
Sin embargo, desde la llegada de su partido, Fidesz, al poder en 2010 creció notablemente el antisemitismo en Hungría, impulsado por el partido extremista Jobbik, aunque de alguna forma tolerado por el propio Gobierno, denunciaron los críticos del primer ministro.
El presidente de Jobbik, Gábor Vona, llegó a asegurar en Budapest, en una manifestación antisemita, que los judíos húngaros deben «pedir perdón» por la revolución bolchevique de 1919, mientras que algunos manifestantes gritaron lemas como «Fuera los judíos» o «Hungría es nuestra».
Otro diputado de Jobbik había propuesto en 2012 crear listas de los judíos que trabajan en el Gobierno y la administración, por considerarlos un «peligro para la seguridad nacional» del país.
Por este tipo de episodios, el presidente del CJM, Ronald Lauder, destacó en su discurso inaugural que en Hungría en «la prensa y en la televisión, el antisemitismo y la incitación contra la minoría romaní se están convirtiendo en algo común».
Este fenómeno y las estatuas a Miklós Horthy - dictador pronazi húngaro de la década de 1930 -, entre otras, «son un mensaje malo al mundo», recalcó el presidente del Congreso, quien exhortó a Orbán que ayude a los judíos de Hungría.
«Cuando los judíos húngaros son atacados por los fanáticos, deben contar con el apoyo incondicional de su Gobierno y de sus autoridades. Son las autoridades las que deben detener esto antes de que comience», aseguró Lauder.
Mañana martes, la Asamblea tratará el ascenso de los partidos extremistas de derechas en Europa y el presidente del CJM afirmó que esto no sólo afecta a Hungría sino a todo el continente. Por ejemplo, en Grecia y Ucrania «los judíos y otras minorías son señalados, vilipendiados y demonizados», señaló Lauder.
El CJM reaccionó en un comunicado al discurso de Orbán, diciendo que valora su decisión de dirigirse a la comunidad judía internacional y de haberse distanciado del antisemitismo.
Sin embargo, el CJM lamentó que el primer ministro no se refirió a los recientes incidentes antisemitas y que tampoco «ofreció garantías» de que «se trazó una clara línea entre su Gobierno y la ultraderecha».
Péter Feldmájer, presidente de la comunidad judía de Hungría, recordó que mientras el Gobierno apoya a los judíos al mismo tiempo «se envenena el alma de los estudiantes», ya que los colegios enseñan la obra de escritores pronazis.
En referencia al creciente sentimiento antijudío en la sociedad húngara, el dirigente aseguró que Hungría y Europa «van en un mal camino, como si se oyeran las voces de los años '30».
Es la primera vez que el CJM celebra una reunión de este tipo en un país ex comunista de Europa.
Para hoy está prevista una intervención del ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, mientras que mañana el medio millar de delegados de todo el mundo abordará el «ascenso del neonazismo en los sistemas de partidos en Europa».
La Asamblea, que se celebra cada cuatro años y habitualmente en Jerusalén, también tratará asuntos relacionados con la situación en Oriente Medio, así como asuntos internos como la elección de una nueva directiva del CJM.
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