«A Wagner se le adora o se le detesta, tanto por su música como por él, como persona», sentenció Sven Oliver Müller, autor del libro «Richard Wagner y los alemanes. Una historia de odio y entrega».
«Como hombre fue un ser monstruoso», añadió el historiador alemán, en alusión a sus infidelidades, a su carácter manipulador y a su reconocido antisemitismo, que calificó de «oportunista» en su relación con el Tercer Reich.
Pero sobre el polémico binomio Wagenr-Hitler no está aún todo dicho. La bisnieta del compositor, Katharina Wagner, acaba de anunciar que entregará al Estado de Baviera varios documentos familiares que servirán para aclarar de forma definitiva ese aspecto de su biografía.
En una entrevista publicada por el diario alemán «Tagesspiegel» con motivo del 200º aniversario del nacimiento del compositor favorito de Adolf Hitler, la actual directora del festival de Bayreuth aseguró que donará a los archivos bávaros estos documentos heredados de su padre Wolfgang, «para ofrecer a la investigación la posibilidad de acceder al pasado de su familia» cercana al dictador alemán.
Katharina Wagner (34) explicó que cedió estos documentos en 2010 a un historiador y a un periodista y lamentó que no hicieron nada con ellos, al menos por el momento, por lo que dijo confiar que los archivos públicos muestren más interés por analizar y publicar los datos que en ellos aparecen.
Hasta ahora, el máximo exponente del antisemitismo de Richard Wagner fue el ensayo que él mismo publicó en 1850, bajo el título de «El judaísmo en la música», del que no sólo no se retractó sino que incluso escribió una segunda versión, más dura, en 1869.
Sus tesis fueron celebradas por el Führer, que convirtió su música en dogma operístico del Tercer Reich y proscribió a Mendelssohn, de origen judío y tachado de «débil» por Wagner.
Hitler, es un hecho probado, fue un ferviente admirador de su música, un habitual de Bayreuth, y un amigo cercano de la familia del hijo de Wagner, Siegfried, y de sus nietos Wolfgang y Wieland, que le llamaban afectuosamente «Tío Wolf».
«Lo relevante de Wagner no es lo que hizo en vida, sino cómo influyó y sigue influyendo en Alemania y los alemanes, que cada par de décadas cambian su perspectiva sobre él y su música y readaptan su interpretación», apuntó el historiador Müller, que aseguró dudar de que los citados documentos puedan rescribir esa faceta de la biografía del compositor.
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