El criminal de guerra nazi Laszlo Csátari, detenido en Budapest el 18 de julio del año pasado y que fue considerado el asesino nazi más buscado del mundo, murió a los 98 años de edad en un hospital de la capital húngara.
Su muerte se debió una neumonía, según informó su abogado, Gábor B. Horváth, a la prensa nacional e internacional. Csátari permanecía bajo arresto domiciliario desde julio de 2012, medida que le fue impuesta por la policía húngara después de que el diario británico «The Sun» publicara fotos suyas en su casa.
De hecho, tenía pendiente dos juicios, uno de ellos en Hungría y otro en Eslovaquia, donde el proceso contra él iba a reabrirse este otoño.
El criminal, que logró escapar de la Justicia durante décadas, era perseguido por «crímenes contra la humanidad», incluyendo deportaciones a campos de exterminio nazis de unos 15.000 judíos del gueto de Kosice, en Eslovaquia. Siempre negó las acusaciones.
Csátari era considerado por el Centro Simon Wiesenthal de Jerusalén como el criminal de guerra nazi más buscado del mundo hasta su detención.
Csátari ya había sido condenado a muerte en ausencia por un tribunal popular checoslovaco tras la Segunda Guerra Mundial, pero el veredicto fue conmutado por cadena perpetua y el juicio iba a continuar en septiembre.
En junio pasado, también la fiscalía de Budapest presentó cargos contra él, al considerar que en mayo y junio de 1944 «participó activamente y ayudó a deportar a más de 12 mil judíos húngaros a campos de concentración y exterminio como el de Auschwitz.
«Csátari azotaba a los judíos con un látigo sin razones especiales y sin considerar el sexo, la edad o la salud de las personas agredidas», reza la acusación.
En octubre de 1944, un golpe de Estado llevó al poder en Hungría al partido filonazi «Cruz flechada», que servía incondicionalmente a los intereses del régimen de Hitler; como consecuencia, unos 450 mil judíos húngaros fueron deportados y luego asesinados entre 1944 y 1945 en diversos campos de exterminio.
Después de la guerra, Csátari huyó primero a Checoslovaquia y se instaló luego en Canadá, donde vivió hasta 1997, cuando le retiraron la nacionalidad de ese país por haber mentido sobre su pasado.
El criminal de guerra regresó a su país natal donde permaneció sin ser demandado por la justicia hasta el verano de 2012.
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