Israel celebra a partir de hoy la fiesta de Sucot o de los Tabernáculos, período vacacional de una semana en el que sector turístico suele sus ganancias, pero que este año podría verse perjudicado por la crisis en Siria.
Desde hace varias décadas la festividad es sinónimo de vacaciones para los israelíes que, al igual que la conmemoración recuerda el Éxodo bíblico hace tres milenios, muchos hoy no dudan en realizar su propia travesía en el país o desplazarse al extranjero.
En estas fechas, Jerusalén se suele llenar de turistas y peregrinos que culminan un largo receso festivo que se inició a principios de mes con Rosh Hashaná, el Año Nuevo Judío.
Pero en esta ocasión, lo que parecía un inminente ataque por parte de EE.UU a Siria además de sus posibles consecuencias en Israel, echó atrás a muchos turistas hasta el punto de que la ocupación hotelera se situaba en torno al 70% para las fechas más señaladas, en vísperas de que se inicie Sucot, aunque se vaticina un aumento luego del acuerdo coseguido entre EE.UU y Rusia.
«La festividad unida a las vacaciones escolares elevaron las expectativas del sector hotelero, pero parece que los israelíes prefieren pasar la fiesta en casa y la tasa de ocupación no es como otros años, declaró Galit Zakai, directora de la agencia turística Eshet Tours, al periódico financiero «Globes».
Coincide con ella el responsable de Ophir Tours, Yehuda Zafrani, quien indicó que «la situación de seguridad en Siria causó una reducción en el turismo procedente del exterior y como resultado de ello, los hoteles se están centrando en el turismo local y ofrecen mejores precios».
El sector presenta a los israelíes paquetes de última hora a precios rebajados e incluso ofertas como una tercera noche gratis, algo poco usual en la temporada alta del calendario hebreo.
La conmemoración comienza esta noche y se caracteriza por la construcción de rústicas cabañas de madera o tela en balcones, azoteas, bulevares y plazas, para recordar el episodio descrito en la Torá sobre la travesía del pueblo hebreo por el desierto tras su salida de Egipto.
Desde que concluyó Yom Kipur comenzaron a proliferar por todo el país este tipo de cabañas en las que los judíos realizan las comidas y acogen a todo aquel que desee compartir mesa y celebración, al ser Sucot también conocida como la festividad de la hospitalidad.
Los más observantes dormirán, comerán y pasarán sus horas de ocio en estas construcciones desde el anochecer de hoy hasta el próximo miércoles 25 de septiembre, cuando tendrá lugar la Fiesta de la Alegría de la Torá en la que el pueblo hebreo finaliza y vuelve a comenzar la lectura anual del Pentateuco.
Las cabañas deben ser construidas manualmente y su techumbre cubierta con palmas no completamente, de manera que se pueda ver el cielo, a fin de reflejar el carácter transitorio de las mismas.
Estos habitáculos son generalmente decorados con guirnaldas de colores, frutos, adornos y carteles con bendiciones.
Por su relación con el cambio de estación y la agricultura, la liturgia judía establece en Sucot el uso de cuatro especies procedentes del campo con los que se realizan lo rezos.
Se trata de la rama de palma, el mirto, la toronja y los ramilletes de sauce.
En los días previos a la festividad abundan los mercadillos callejeros en barrios ultraortodoxos judíos donde se puede ver a miembros de la comunidad seleccionando minuciosamente toronjas que no tengan defectos.
La duración de la festividad permite la organización de cientos de eventos culturales y festivales de todo tipo y para todas las edades a lo largo y ancho del país.
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