Un video publicado en YouTube revela que el monumento a los judíos asesinados durante el Holocausto en Berlín fue profanado por un grupo de vándalos en pleno festejo de Año Nuevo. El incidente recibió duras críticas tanto por parte de la sociedad israelí como de la alemana.

Pese a la presencia en la zona de varios agentes de la Policía, el grupo lanzó petardos, saltó entre las simbólicas losas de hormigón y orinó sobre algunas de ellas.

Dos policías, a quienes se les encargó patrullar el complejo conmemorativo del Holocausto en Europa, no consiguieron impedir el acto vandálico.  

El diario israelí «Haaretz»» atribuyó el lamentable hecho del pasado 31 de diciembre a la embriaguez de los jóvenes alemanes que estuvieron involucrados en el acto del vandalismo.

El periódico destacó que no hay evidencias de que se tratara de neonazis, aunque la emisora Arutz Sheva, la primera en descubrir el video, habló de la aparente pertenencia de los responsables a la ultraderecha.

No obstante, los lectores de varios medios israelíes fueron categóricos en sus estimaciones: «Son todos unos bárbaros nazis en sus corazones», insistió Les Le Gear comentando una publicación al respecto en «The Jewish Press».

Otro comentarista, Alan Kardón, ofreció «meterlos a todos en una jaula cerca del memorial para que orinen sobre ellos hasta que entiendan el mensaje».    

También a modo de reacción ante lo sucedido, la Policía de Berlín considera vallar el monumento, que consta de más de 2.000 losas grises, e introducir algunas medidas de seguridad adicionales.

Un portavoz policial explicó que el sitio había sido diseñado para estar abierto al público, pero que bien se podría erigir un vallado temporal alrededor del complejo durante grandes eventos como la tradicional celebración de Año Nuevo en la Puerta de Brandeburgo, que es una de las fiestas al aire libre más concurridas de Europa.

Por su parte, Jenifer Stolz, vocera de la fundación que mantiene el monumento conmemorativo, calificó la solución con la valla temporal como «aceptable».

Mientras tanto, Peter Eisenman, el arquitecto que proyectó el complejo, censuró hace años la idea de proteger el monumento con una valla, ya que «esa solución evocaría los métodos empleados por los propios nazis», afirmó.
 

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