«Las prescripciones de la tradición judía describen hasta el más mínimo detalle qué deben comer, cómo deben lavar o vestirse los creyentes e incluso cómo llorar a sus muertos», indicó el profesor Ehud Loz, director de la cátedra de Pensamiento Judaico de la Universidad de Haifa en una conferencia ante más de 400 peregrinos evangélicos invitados a recorrer el centro académico ubicado en la cima del Monte Carmel.
«Son reglas que vienen de la antigüedad que se establecieron con dos objetivos primordiales: aspirar a la pureza o santidad y regular la sociedad de entonces», indicó Loz.
Según Loz, «muchas normas cayeron en desuso, pero ofrecen una ventana única a la cultura y tradición judía. El judaísmo ultrortodoxo es el más estricto al aplicar estas reglas, aunque en las fiestas judías están más generalizados los ritos», afirmó.
«De 613 preceptos judíos, 29 son leyes dietéticas. Al entender - como en otras religiones - que Dios es el único con el derecho a dar y quitar vida, el judaísmo establece un proceso de santificación para sacrificar a los animales. Esa es la shjitá (el degüello)», agregó.
«En la shjitá resulta esencial extraer toda la sangre del animal, pues la sangre es vida y donde está el espíritu, según el Levítico (tercer libro de la Torá). Por ello, los judíos teóricamente no deben comer jamón. Los crustáceos o los marisco también son alimentos prohibidos, pero los judíos reformistas comen de todo, aclaró Loz.
«Los alimentos están cargados de un simbolismo que entiende la carne como muerte y la leche como vida. Por lo tanto no se pueden comer conjuntamente e incluso se debe respetar un mínimo de tres horas hasta comer el otro alimento, dependiendo de la comunidad judía», explicó Loz a los sorprendidos peregrinos.
«Si es el producto lácteo lo que se consume primero, el tiempo de espera puede ser inferior, debido a su digestión a menudo más ligera. Hay judíos que tienen una vajilla para el uso exclusivo de productos lácteos y otras para los cárnicos», añadió.
«Aunque es de obligado cumplimiento, esta costumbre se acentúa durante la fiesta de Pesaj. El equivalente a la carne kosher existe también en el islam con sus propias normas», recalcó.
«El pan no se puede comer de cualquier manera. Los judíos ortodoxos quitan una pequeña proporción de masa de pan y la queman en honor de los sacrificios que se hacían en Jerusalén», manifestó.
«El pan y el vino tienen un estatus especial por su papel en la liturgia judía; y por ello se santifica en shabat. Antiguamente sólo bebían el vino producido por judíos», declaró Loz comparando el rito hebreo con el de la misa cristiana y abriendo así un largo turno de preguntas por parte de los visitantes, que después de la plática fueron invitados a un almuerzo kosher en las instalaciones de la universidad.
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