La organización terrorista Hamás, perjudicada por una crisis económica crónica en la Franja de Gaza y por la caída de los Hermanos Musulmanes en el vecino Egipto, tiene muy poco que perder en este nuevo conflicto con Israel, según varios analistas.
Aunque los bombardeos israelíes dejaron, por ahora, más de 160 muertos en Gaza, y dañaron la infraestructura militar de Hamás, el movimiento islamista busca obtener beneficios.
«Con esta guerra, Hamás quiere aparecer como el único factor que todavía puede defender a la población palestina», apuntó el Dr. Uri Levy, catedrático de Oriente Medio de la Universidad de Haifa.
Según el experto, si Hamás consigue de Israel algunas concesiones en una eventual tregua, como el levantamiento parcial del bloqueo, la organización fundamentalista será «más popular y económicamente más importante».
Hamás, que controla este superpoblado territorio palestino de 360 km2 y 1,2 millones de habitantes, recibió un golpe tras otro estos últimos meses.
En primer lugar, perdió el apoyo de los Hermanos Musulmanes egipcios después del derrocamiento y detención en julio de 2013 del presidente islamista Mohamed Mursi y la llegada al poder del artífice de esta caída, el actual presidente egipcio Abdel Fatah al-Sisi.
Tras la caída de Mursi, Egipto destruyó los túneles de contrabando entre el Sinaí y la Franja de Gaza, y cerró también el puesto fronterizo de Rafah.
Pese al acuerdo de reconciliación firmado el 23 de abril con el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás, que condujo a un Gobierno de unidad, Hamás, que mantiene el control de la seguridad en Gaza, se encuentra aún más aislado.
«Sea cual sea el resultado de la guerra, Hamás no tiene nada que perder. Hamás quiere volver al terreno político tras la destitución de Mursi y más de un año marginados», indicó Levy.
«Ya no gobiernan y el dinero ya no llega ni por túneles ni por impuestos», agregó.
A pesar de las elevadas pérdidas humanas y materiales, Hamás se declaró victorioso después de sus enfrentamientos con Israel (2008-2009 y 2012), que le permitieron reforzar su autoridad en Gaza y conseguir un aumento de la ayuda internacional para la franja, cuyo índice de pobreza en 2011 era del 39%.
Si Hamás llega ahora una tregua similar, volverá a convertirse en benefactor de Gaza.
«Hamás considera que las pérdidas y la sangre vertida en la guerra le otorgarán una mayor influencia», estimó Levy, para quien la organización terrorista podría volver a ganar terreno frente a Abbás.
Hamás también podría beneficiarse de un acercamiento con el Egipto de Al Sisi, quien hasta el momento parece haberse esforzado bastante menos que otras veces en mediar para obtener un alto el fuego.
«Hamas espera que el conflicto y sus víctimas en Gaza pongan en un aprieto a Egipto y conduzcan a la apertura de un canal de comunicación de alto nivel con este país», explicó Levy.
No obstante, Hamás se enfrenta a un enorme riesgo. Si fracasa su estrategia, podría perder el control de la Franja de Gaza en beneficio de grupos islamistas y yihadistas más radicales.
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