La cinta iraní ‘Una separación’, dirigida por Asghar Farhadi, ganó el Oscar a mejor película extranjera en la 84a edición de los premios de la Academia, entregados este domingo en Hollywood.
«Una separación» venció a la israelí «Footnote», a la belga «Bullhead», la polaca «In Darkness» y la canadiense «Monsieur Lazhar».
Al aceptar el premio, Farhadi agradeció a la Academia y a sus distribuidores porque «espectadores de todo el mundo están mirando y me imagino que están contentos» .
«Están contentos», repitió, «no sólo porque es un premio importante para un cineasta, sino porque en tiempos en que los políticos hablan de guerra, intimidación y agresión, el nombre de nuestro país, Irán, toma la palabra aquí a través de su gloria, de su rica cultura, que ha pasado por momentos políticos difíciles».
«Ofrezco orgullosamente este premio a mi país, a un pueblo que respeta todas las culturas y civilizaciones» , agregó Farhadi.
El resultado no sólo es gratificante para el público; también fue una forma astuta del guionista y director Asghar Farhadi de lidiar con los censores y funcionarios iraníes que están restringiendo cada vez más la industria del cine de Irán.
El gobierno de Irán inicialmente prohibió la película mientras ésta se filmaba porque Farhadi expresó su apoyo a otros realizadores identificados por las autoridades como «antirégimen».
Pero, después de una disculpa de Farhadi que permitió terminar la película, Teherán llegó a respaldarla fuertemente, con un entusiasmo que crecía con cada premio que la cinta recogía en los festivales internacionales.
Para Teherán, su éxito era el triunfo de la cultura iraní en un momento en que Occidente está tratando de aislar a la república islámica en términos diplomáticos, políticos y económicos por su controvertido programa nuclear.
Farhadi y su equipo, sin embargo, fueron muy cuidadosos en las entrevistas de no hacer comentarios políticos sobre la película.
El protagonista Peyman Madi (41) dijo que sentía que el filme, que narra el dilema de una pareja ante la posibilidad de permanecer en Irán o irse al extranjero, tiene un alcance universal.
Su historia incluye sorprendentes apuntes sobre la vida cotidiana iraní, al hablar no sólo de la enajenación de la pareja estelar, interpretada por Madi y Leila Hatami, sino también de las clases sociales iraníes.
Los hilos de la historia «están tan entrelazados que no se pueden separar, y no puedo destacar ninguno. El título 'Una separación' está bien elegido», dijo Madi.
La película explora, con matices psicológicos, los temas del amor, la mentira, el honor y las consecuencias no deseadas de las acciones.
A medida que la historia se desarrolla, queda de manifiesto que «Una separación» también ahonda en un tema mayor: la fractura entre el Irán de clase media, cuyos valores y errores son fácilmente reconocibles por el público en todas partes, y el Irán de clase baja, con su sentimiento de impotencia y su adhesión a la religión.
El Oscar a esta fascinante y sutil producción es tanto más relevante dado el tenso ambiente en que se encuentran los cineastas iraníes.
Varios directores fueron arrestados en los últimos meses, y uno de los directores más famosos de Irán, Jafar Panahi, fue condenado a seis años de cárcel y 20 años durante los cuales no podrá realizar filmes, viajar o dar entrevistas, todo por un documental que trató de hacer sobre los disturbios tras la disputada reelección del presidente Mahmud Ahmadinejad en 2009.
El ministerio de Cultura iraní también disolvió el principal sindicato de la industria del cine, la Casa del Cine, reemplazándolo por otro organismo sobre el cual tiene un mayor control.Notas relacionadas:
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