Arqueólogos israelíes descubrieron en el lecho marino de la ciudad de Akko, en el norte del país, un puerto que por sus características se cree que fue el más importante de la zona en el período helenístico, hace 2.300 años.
El descubrimiento tuvo lugar en unas excavaciones arqueológicas como parte de un proyecto de conservación del malecón del casco histórico de la ciudad, informó la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) en un comunicado.
Los expertos creen que el puerto es el más grande e importante de la zona en el período helenístico (entre el segundo y tercer siglo a.C.), y entre los hallazgos se cuentan piedras de gran tamaño que formaban parte de un muelle que pudieron servir como amarres para barcos, así como decenas de vasijas y objetos metálicos de la época.
La primera evidencia que indicaba la posibilidad de que existiera un muelle en la ciudad data de 2009, cuando se descubrió una sección de pavimento compuesto por grandes bloques de piedra kurkar - calcárea y característica de Israel -, esculpidas en una técnica que recuerda al estilo fenicio propio de instalaciones descubiertas en entornos marítimos.
Este pavimento, que fue hallado bajo el agua, elevó numerosas dudas entre los arqueólogos, que se debatían sobre si la estructura formaba parte de un muelle o era el suelo de un amplio edificio.
De acuerdo a Kobi Sharvit, director de la Unidad de Arqueología Marítima de la AAI, «entre los hallazgos descubiertos ahora hay piedras de amarre que estaban incorporadas al muelle y eran empleadas para amarrar las embarcaciones ancladas al puerto hace 2.300 años».
Se trata, en opinión de Sharvit, de un descubrimiento «único e importante que finalmente ofrece una respuesta inequívoca a la pregunta de si estábamos hablando de instalaciones de un puerto o el suelo de un edificio».
«Además, hemos descubierto grandes piedras que aparentemente pertenecieron a grandes edificios o instalaciones, y que se habían esparcido varias decenas de metros», añadió.
Entre los restos que apuntan a la existencia de un puerto se cuentan dos bloques de piedra de gran tamaño construidos como lo hacían los fenicios y que pueden tratarse de rampas o estructuras que habrían sido empleadas para elevar los barcos a puerto, «probablemente barcos de guerra en este caso».
Estos descubrimientos, según el arqueólogo, constituyen una prueba sólida sobre la ubicación de un puerto helenístico y quizás militar en la histórica ciudad de Akko.
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