La directora israelí, Rama Burshtein, llevó a su propia comunidad ultraortodoxa judía a la gran pantalla en la película «Fill the Void» («Llenar el vacío»), una historia sobre una joven dividida entre el amor y sus obligaciones familiares que se estrenará en el Festival de Cine de Venecia.
La cinta se centra en Shira, una chica jasídica de 18 años que está asustada por el matrimonio concertado que la unirá a un joven al que sólo vio brevemente en un supermercado.
La tragedia la golpea cuando su hermana mayor, Esther, muere en el parto, dejando a la familia destrozada.
El marido de Esther, Yojai, se ve presionado para casarse de nuevo con una viuda en Bélgica, pero la madre de las chicas, desesperada por mantener a su único nieto en el país, pide a Shira que ocupe el lugar de su hermana.
La película, ambientada en una comunidad jasídica aislada de Tel Aviv, ofrece una mirada poco común sobre la forma de vida ortodoxa, sus rígidas costumbres y tradiciones, pero también trata de manera más amplia temas de relaciones sentimentales y presiones familiares.
«La gente no conoce mucho sobre este mundo, así que no es una cuestión de celebración o crítica, es una ventana dentro de él», dijo Burshtein, nacida en Nueva York y que creció en una familia laica pero se convirtió en ultraortodoxa después de terminar la carrera.
«Me gusta este mundo, vengo de él, lo elegí, aunque no nací allí. Pese a escuchar muchas voces en la película, es algo abierto», dijo a los periodistas.
Burshtein dedicó más de una década a enseñar y producir cine en la comunidad judía ortodoxa, algunos de ellos sólo para mujeres ya que los hombres jasídicos tienen prohibido ver a las mujeres en la gran pantalla.
Burshtein es una de las 21 directoras en la edición actual del Festival de Cine de Venecia, y una de las cuatro que compite por el León de Oro.
La fuerte presencia femenina en el paseo marítimo de Lido, incluyendo a la primera mujer cineasta de Arabia Saudita, está en marcado contraste con el Festival de Cannes de este año, donde la ausencia de mujeres directoras en la competición principal provocó acusaciones de sexismo en la prensa francesa y en otros campos.
Los críticos de cine calificaron la edición número 69 del Festival de Venecia como «el festival rosa», pero su director artístico, Alberto Barbera, quien tomó las riendas del escaparate cinematográfico más antiguo del mundo este año, dijo que no fue intencionado.
«No me gusta la idea de las reservas indias o las citas rosas. Es sólo una señal de que la creatividad de las mujeres está muy presente en un mundo que durante décadas estuvo dominado por hombres», dijo a periodistas en la apertura del festival la semana pasada.
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