Miles de visitantes se congregaron durante los días de Pésaj para conocer un inédito Salvador Dalí de inspiración judía expuesto en el Centro de Congresos de la ciudad de Haifa, al norte de Israel.
Curada por el ex colaborador del artista, Enrique Sabater, la muestra dedicada a Dalí incluye 500 obras entre litografías, dibujos, estatuas, grabados y joyas.
La atención del público local se concentró en particular en una serie de litografías de temas judíos realizadas tras la Guerra de los Seis Días (1967) y a mediados de los años '70.
Aunque reconociendo su gran contribución al arte figurativo del siglo XX, en Israel muchos todavía miran con cierto malestar la figura de Dalí por el interés que manifestó en los años '30 hacia los regímenes fascistas - cosa que no le perdonaron sus amigos surrealistas - y su sucesivo apoyo al régimen del dictador Francisco Franco.
Por lo tanto, resulta comprensible el asombro de los israelíes al encontrarse frente a obras en las que Dalí recorre con sensibilidad y participación las vicisitudes del pueblo judío.
Allí se ve por ejemplo una mujer judía presentada con colores oscuros mientras lamenta la muerte de sus hijos a manos de los babilonios en el 586 antes de Cristo, un momento clave en la historia judía porque marca el comienzo de la diáspora.
Otra litografía muestra a un rabino que examina un texto judío: extrañamente, sin embargo, la hoja no está dirigida hacia él sino hacia quien mira la composición de Dalí.
El texto habla del patriarca Yaakov y de su sueño de una escalera subida hacia el cielo: un motivo que Dalí consideraba significativo, en parte también porque le recordaba el ADN humano.
Luego el virtuosismo de Dalí se expresó en diversos episodios de la historia judía: desde la Shoá hasta la inmigración ilegal de los judíos a Palestina en la época del mandato británico.
También el empeño de los pioneros sionistas por el florecimiento del desierto, la declaración de independencia de David Ben Gurión - que aparece con la sombra de un bigote a lo Dalí - y la proclamación del Estado de Israel, sintetizada con un gran candelabro en torno al cual se realiza una danza.
El inesperado interés de Dalí por el judaísmo despertó la curiosidad del público. Algunos creen que las obras fueron ideadas por el artista español para abrirse un espacio en el mercado de arte de Estados Unidos, donde hay fuerte presencia judía, o que fueron realizadas por encargo.
Muchos, sin embargo, reconocen que el artista supo realmente captar aspectos profundos y emotivos del judaísmo.
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