Arqueólogos israelíes descubrieron durante unas excavaciones en el norte del país un fragmento de la antigua estatua de una esfinge egipcia y ahora se cuestionan cómo pudo haber llegado tan lejos de su lugar de origen.
El fragmento de la estatua de una esfinge de mármol con las patas delanteras de la criatura mítica fue desenterrado en Tel Hazor, un yacimiento arqueológico ubicado en la Alta Galilea, y se convirtió en el primer hallazgo arqueológico de origen egipcio encontrado en la región.
El descubrimiento también marca la primera vez que los investigadores encontraron una estatua dedicada al faraón egipcio Micerino, que gobernó en el año 2500 a.e.c, y fue constructor de una de las tres pirámides de Giza, según los expertos.
«Esta es la única estatua egipcia monumental que se encontró en el levante mediterráneo y también es la única esfinge de este faraón en particular conocida. Ni siquiera en Egipto nunca hallaron una estatua dedicada a este monarca», afirmó Amnón Ben-Tor, profesor de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que dirige las excavaciones de Tel Hazor.
El hallazgo se realizó durante las excavaciones de la antigua ciudad cananea de Hazor, que se encuentra al norte del Lago Kineret, a cientos de kilómetros de Egipto.
«La esfinge fue encontrada en la entrada del Palacio de la Ciudad, en la capa cultural, que corresponde a la destrucción de Hazor en el siglo XIII a.e.c.
«Los arqueólogos dudan que la estatua fuera traída a Hazor durante el reinado de Micerino, ya que no hay evidencias de lazos entre Egipto y Judea en el tercer milenio a.e.c.», aclaró Ben-Tor.
Lo más probable, según el investigador, es que la estatua de mármol llegara a Hazor en el segundo milenio a.e.c, cuando en Egipto gobernaban los hicsos, unas tribus nómadas de Asia.
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