Un equipo de investigadores estadounidenses e israelíes descubrio lo que podría ser la bodega más grande y antigua en Oriente Medio, llegando a albergar el equivalente a 3.000 botellas de vino de primera calidad.
El grupo de expertos la encontró en un terreno de 30 hectáreas de Tel Kabri, cerca de la ciudad de Nahariya en la Alta Galilea, donde están las ruinas de una ciudad del norte de Canaán que data del 1.700 antes de Cristo aproximadamente.
Las excavaciones en lo que fuera un gran palacio de los gobernadores de la ciudad fueron codirigidas por Eric H. Cline, de la Universidad George Washington (GW), en Estados Unidos, y Assaf Yasur-Landau, de la Universidad de Haifa, en Israel, con Andrew Koh, de la Universidad de Brandeis, en Estados Unidos, como director asociado. Durante su trabajo, los expertos descubrieron una jarra de unos 92 centímetros, a la que bautizaron como «Bessie».
«Seguimos cavando y cavando y, de repente, las amigas de Bessie comenzaron a aparecer: 5, 10, 15 hasta, finalmente, 40 jarras en un trastero de 4,5 por 7,6 metros, cada una con capacidad para unos 49 litros», explicó Cline, presidente del Departamento de Lenguas y Civilizaciones Clásicas y de Oriente Medio de GW.
«Es un descubrimiento muy significativo, ya que se trata de una bodega que, a nuestro entender, no tiene precedentes en su edad y tamaño», afirmó el director de la investigación, cuyos hallazgos fueron presentados recientemente en la reunión anual de las Escuelas Americanas de Investigación Oriental, que se celebra en Baltimore, Maryland, Estados Unidos.
Las 40 jarras encontrados tienen una capacidad de alrededor de 2.000 litros, lo que significa que la bodega podría haber albergado el equivalente a cerca de 3.000 botellas de vinos tintos y blancos.
«Las recetas podrían provenir del Egipto Antiguo, ya que allí eran populares en esos tiempos vinos de composición parecida. La bodega se encuentra cerca de una sala donde se llevaron a cabo banquetes, un lugar en el que la élite de Kabri y los huéspedes extranjeros posiblemente consumían carne de cabra y vino», detalló el director del Departamento de Civilizaciones Marítimas en la Universidad de Haifa, Yasur-Landau.
«La bodega y la sala del banquete fueron destruidas durante un mismo hecho violento, tal vez un terremoto, que los cubrió con una gruesa capa de escombros de ladrillos de barro y yeso», añadió.
Los científicos hallaron también dos puertas que conducen fuera de la bodega, una al sur y otra al oeste, lo que les llevó a pensar que conducían a salas de almacenamiento adicionales, algo que no podrán confirmar hasta la próxima excavación en 2015.
El doctor Koh, profesor asistente de Estudios Clásicos en la Universidad de Brandeis y director asociado de la excavación, analizó los fragmentos de la jarra utilizando el análisis de residuos orgánicos y encontró restos de ácidos tartárico y siríngico, ambos componentes clave en el vino, así como compuestos que sugieren la presencia de ingredientes populares en la antigua vinificación, entre ellos miel, menta, canela, enebro, mirto y resinas.
La receta es similar a los vinos medicinales utilizados durante 2.000 años en el antiguo Egipto y, según Koh, la misma receta «se sigue estrictamente en cada jarra».
Los investigadores continuarán analizando la composición de cada solución con el fin de obtener la suficiente información para recrear el sabor, unas pruebas que podrían tenerse en un par de años.
Fotos: Gentileza Universidad de Haifa
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