La compañía israelí StoreDot, con sede en Tel Aviv, desarrolló una tecnología que puede cargar un teléfono celular en segundos y un coche eléctrico en minutos, avances que podrían transformar dos de las industrias de consumo más dinámicas del mundo.
Usando nanotecnología para sintetizar moléculas artificiales, la empresa anunció que desarrolló una batería que puede almacenar una carga mucho mayor y con mayor rapidez, actuando como una esponja superdensa para absorber la energía y retenerla.
Aunque el prototipo es todavía demasiado voluminoso para un teléfono celular, la compañía cree que antes de 2016 podría tener una batería más delgada en el mercado que pueda absorber y entregar la carga de un día a un teléfono inteligente en sólo 30 segundos.
«Estos son nuevos materiales, nunca fueron desarrollados antes», dijo Dorón Myersdorf, fundador y consejero delegado de StoreDot, cuyos inversores incluyen al millonario ruso Roman Abramovich, propietario del club inglés de fútbol Chelsea.
La innovación se basa en la creación de «nanopuntos», que StoreDot describió como moléculas de péptidos biorgánicos. Los nanopuntos alteran la forma en la que una batería se comporta para permitir la rápida absorción y la retención de la energía.
La compañía recaudó 48 millones de dólares en dos rondas de financiación, incluyendo el respaldo de un fabricante de teléfonos móviles líder.
Myersdorf se negó a revelar el nombre de la empresa, pero dijo que era asiática.
Ante la previsión de que el número de usuarios de teléfonos inteligentes alcance los 1.750 millones este año, StoreDot prevé un gran mercado, y algunos expertos creen que - con más trabajo - podría triunfar.
«Vivimos en un mundo hambriento de electricidad. La gente está constantemente buscando una toma de corriente. StoreDot tiene el potencial para resolver este gran problema real», señaló Zack Weisfeld, que trabajó y evaluó empresas en el sector de la telefonía móvil a nivel mundial.
«Todavía tienen mucho camino por recorrer para hacer frente a las dimensiones de la batería y sus ciclos de potencia, pero si los pueden resolver, es un gran avance», añadió.
Un ciclo de potencia se refiere al número de veces que una batería puede ser recargada en su vida útil.
Myersdorf explicó que un teléfono de carga rápida costaría de 100 a 150 dólares más que los modelos actuales y en última instancia, ser capaz de manejar 1.500 ciclos de recarga/descarga, dándole unos tres años de vida.
El emprendedor tiene la esperanza de utilizar la misma tecnología para crear una batería de coche que se recarga en dos o tres minutos, en lugar de los modelos actuales, que generalmente tardan toda una noche.
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